La droga atrapa y mata
Seguramente más de uno de nosotros habrá sentido alguna vez ese olor penetrante de la marihuana en algún recital. Muchos habremos visto cómo alguien tenía los ojos inyectados y bailaba eufórico en medio de la pista o incluso alguien cercano nos habrá confesado su adicción. Otros podrán decir que les ofrecieron droga. Algunos habrán aceptado. Otros no. En uno u otro caso, la realidad es la misma: la droga no reconoce fronteras. Penetra, circula, atrapa, mata.