Parábola del diagnóstico argentino trucho
En estas líneas, hace pocos días, estaba señalando que el estrépito de la enfermedad de ella era exagerado y que, en verdad, la paciente no tenía absolutamente nada grave. Ninguna enfermedad que mereciera la lluvia de especulaciones que estallaron: ¿qué fue, entonces, lo que ocurrió?
07 de Enero de 2012
Todo lo que rodea a este gobierno está vestido de sospechas, de mentiras y de sustituciones falsarias.
Aún cuando la información sobre algo delicado se difunde con detalles que son inusualmente profusos, aparecen elementos completamente teñidos de una pátina de rareza, que parecen confirmar aquella sentencia que reza: "En boca del mentiroso, lo cierto se hace dudoso".
En todos los diarios del mundo, salieron los resultados obtenidos del muy profundo análisis histopatológico (análisis de las células del tejido extraído como muestra) realizado por ese equipo médico.
El diagnóstico fue categórico: carcinoma papilar tiroideo.
AL MÉDICO PATÓLOGO, PROBABLEMENTE LO QUIERAN FUSILAR AHORA EN UNA CORNISA. PARA QUE, SI NO MURIESE A CONSECUENCIA DEL BALAZO, PIERDA LA VIDA DE GOLPE, CON LA CAÍDA.
El segundo análisis histopatológico exhibe un diagnóstico que cambia en modo dramático la prognosis inicial.
Tan dramático es ese cambio, que antes tenía cáncer... y ahora no.
Si es cierto, y pretenden echarle la culpa a que la extracción de material por el método de punción es falible, ESTAN MINTIENDO, por cuanto ese análisis se efectúa dos veces con prueba y contraprueba como para jugarse luego a un diagnóstico definitivo de ese nivel de altísima sensibilidad para el paciente. Tanto desde el punto de vista psicológico como desde el punto de vista de las prevenciones a tomar en el acto quirúrgico. Agréguese la investidura.
¿Acaso la paciente estuvo, entonces, psicológicamente convencida de que tenía cáncer, desde el día 27 de diciembre de 2011 hasta el 5 de enero de 2012?
En la biopsia con aguja gruesa (BAG), utilizada en las punciones para obtener muestras de una glándula tiroides afectada -precisamente para evitar los errores de la punción con aguja fina (PAAF)- se presentan muy pocos fallos.
Al contrario de los diagnósticos sobrevalorativos (como es el caso de esta paciente), en las punciones BAG, los errores -en casi todos los casos- son infravalorativos de la lesión maligna.
Entonces, señalemos aquí que, con método BAG, si llegaba a ocurrir error, debería haber sido que se apreciara un adenoma folicular y que no se viera el carcinoma papilar.
Pero, aquí, se pretende que fue al revés: vieron carcinoma, cuando en realidad era adenoma.
¿Usaron BAG y le erraron al revés de la estadística?
Alguien debería responder por esta descomunal imbecilidad que, como mínimo, desembocó en un apresuramiento en la difusión detallada y nunca antes vista de los datos del caso.
La Presidente no fue intervenida quirúrgicamente "por las dudas". Pues las operaciones "por las dudas" son anunciadas como exploratorias, y así son planteadas, tanto en la táctica, como en la estrategia quirúrgica.
Aquí, sin lugar a dudas, existieron errores graves en varios tramos.
Pero, en materia de diagnósticos, la vergüenza internacional de nuestro país ya tiene acostumbrados a todos a las conclusiones erróneas.
Si en esto fallan con sus mejores prevenciones, dejen, pues, que dudemos no sólo de este triste enjuague...
... sino, además, de todas las conclusiones truchas con las que manejan una República con todos los termómetros colapsados, comenzando por el INDEC y terminando por ese equipo médico. Equipo que, si se tratara aquí de Elena Petrescu, ya estaría fusilado.
Por el Lic. Gustavo Adolfo Bunse, para El Ojo Digital Política
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