Freiler, o el desprestigio de la política y el poder judicial

El caso del camarista Eduardo Freiler (foto; crédito: Todo Noticias, TN) desnuda la confusión reinante en los tres poderes del Estado, en la Argentina actual. Unos y otros operando para conseguir el voto del consejero Jorge Candis, quien representa a los académicos en el Consejo de la Magistratura, pero supo votar siempre alineado con el oficialismo de turno.

 

Con razón, el gobierno condena el fuerte lobby que habría hecho Julián Alvarez, ex secretario de Justicia del kirchnerismo, sobre Candis, para que votase en contra de la suspensión de Freiler, pero reconocen que, el viernes pasado, el consejero mantuvo una reunión con el Ministro de Justicia Germán Garavano en sus oficinas de la ex ESMA, donde se habría comprometido a apoyar la postura oficial. ¿Acaso no es igual de condenable dicho encuentro que los comentados 'aprietes' kirchneristas?

 

Viene a colación la frase compartida por un importante magistrado marplatense del fuero federal: 'El kirchnerismo te pateaba la puerta. El macrismo te palmea la espalda, pero también apretan'. Así y todo, la permanencia de Eduardo Freiler como camarista federal le provoca un daño de magnitud a la Justicia, en momentos en que la 'Señora de los ojos vendados' se muestra fuertemente cuestionada por ser tan permeable al poder político, y por demorar hasta la exasperación toda respuesta a los procesos más resonantes de corrupción. 'A Freiler no le cierra el blanco', clama con razón una personalidad allegada al Consejo de la Magistratura. El camarista que 'salvó' a la propia Cristina Kirchner de numerosas causas sensibles en su contra está acusado, entre otras cosas, de falsear y omitir datos en sus declaraciones juradas, y de exhibir un incremento patrimonial incoherente con sus ingresos declarados: entre 2012 y 2016, su situación patrimonial arroja un saldo negativo de casi $16 millones. Razones suficientes para que, al menos, comience a ser investigado con alguna profundidad.

 

En el año 2015, el letrado Ricardo Monner Sanz denunció a Freiler por enriquecimiento ilícito. Sin embargo, el juez Marcelo Martínez de Giorgi resolvió sobreseerlo. La razón de tal decisión habría recaído en que la esposa del magistrado trabajaba bajo las órdenes del camarista. 'Freiler ya fue absuelto de una causa penal en su contra', conmemoran desde el kirchnerismo. Se refieren puntualmente a aquella denuncia.

 

La Comisión de disciplina y acusación del Consejo aprobó el dictamen contra el magistrado. Y el próximo jueves 1 de junio se decidirá si es suspendido o no. Habida cuenta de que Jorge Candis votó en contra de los intereses del gobierno, a la Administración no le alcanzan los sufragios para enjuiciarlo. 'Freiler sólo ganó tiempo', subrayan desde el Consejo. 'Más temprano que tarde, va a ser suspendido', agregan. Los plazos se estiran hasta después de octubre, cuando cambie la composición del órgano -pero cierto es que, en la Argentina, cinco meses es demasiado tiempo: puede pasar de todo. 

 

El Caso Freiler mantuvo a pleno la ocupación de los consejeros, descuidando otros asuntos, como los de los magistrados Daniel Rafecas y Rodolfo Canicoba Corral. Otro caso que espera su turno, de poca trascendencia nacional pero con fuerte arraigo en las ciudades de Mar del Plata, Azul y Bahía Blanca, es el del camarista federal Jorge Ferro. Denunciado por vínculos con un prostíbulo VIP de la ciudad balnearia, el caso de este magistrado oriundo de Azul (Provincia de Buenos Aires) también es emblemático de algunos malos olores que emanan desde el Estado: en un amañado proceso judicial, el voto decisivo para que el legislador oficialista Pablo Tonelli pudiese ocupar una banca en el Consejo fue de, precisamente, Jorge Ferro, en calidad de subrogante en la Cámara Federal de Bahía Blanca.

 

Pequeñas cosas, que no ofrecen mayor margen para el optimismo.