Argentina: el año de la decisión política para hacer frente a las mafias

Sin dudas, el año que se acaba de ir no ha sido uno más en materia de lucha contra las mafias y la corrupción. Nunca antes se había avanzado tanto, en tan poco tiempo. Sin embargo, pareciera ser que este dato circulara inadvertido para gran parte de la ciudadanía.

En lo personal, he de decir que, desde hace años ya, combato la falsificación marcaria -flagelo que, coinciden el FBI e Interpol, es gran financiador de delitos mayores como ser terrorismo, narcotráfico y tráfico de armas. Fueron años de combatir y denunciar lo que sucedía en La Salada. No existe informe de la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos que no haga referencia a estas ferias como el mercado negro más importante de Sudamérica. Hasta hace muy poco tiempo, la Administración de Cristina Kirchner hacía la apología y se jactaba de este modus operandi ilegal, lo exhibía al mundo sin ningún pudor -acaso como si se tratase de un modelo a imitar. Esos nudos de corrupción seguramente trascienden a aquellos que se mostraban como las caras visibles del negocio.

 

Muchos quisieron hacerle creer a los argentinos que el desatar esa madeja era una faena imposible. Pues bien; en menos de un año, la Administración Macri -y en particular el de María Eugenia Vidal- demostraron que no existen imposibles a la hora de combatir mafias y corruptela. Solo se necesitaba contar con decisión política. Los responsables del manejo de estas ferias ya están todos, o casi todos, presos y procesados. Fueron demasiados años de verlos pavoneándose por los medios televisivos y de la prensa escrita, haciendo gala de un cinismo y una impunidad alarmantes, y enriqueciéndose ilícitamente a la vista de todos; todo eso llegó a su fin. Ahora queda por delante que la cadena de 'arrepentimientos' termine de involucrar al poder político que todavía no fue alcanzado por esta suerte de mani pulite, y que resulta tan o más responsable que aquellos los que hoy ya se encuentran privados de su libertad.

 

El haber desarticulado La Salada no es un logro menor. Solo considérese el volumen de dinero negro que se maneja en estas ferias, a los efectos de comprender la peligrosidad que comportan. Naturalmente que no todo lo que rodea al mundillo de La Salada es obscuro: se conoce de mano de obra honesta y de numerosas familias que viven a su alrededor. En tal sentido, sería prudente que, en el tránsito a la reconversión de estas ferias, aquéllas familias no quedaren libradas a su suerte. Acaso la presente consigne una oportunidad inmejorable para, mecanismos de contralor mediante, transformar a esta gran corporación textil en un emprendimiento legítimo y legal. Tanto se ha hablado sobre los pueblos originarios y de su necesidad de reivindicación, que estimamos sería hora de ponderar la posibilidad de reconvertir estas ferias en una verdadera opción de desarrollo e integración para las comunidades que se muestren interesadas en trabajo digno y honesto.

 

Otra gran pelea que se dio este año fue contra las mafias sindicales. Una vez más, se ha contado con las cuotas de decisión política necesarias para avanzar contra dirigentes gremiales que, deformando el rol que les cabía, recurrieron a las distintas asociaciones gremiales para cometer delitos, o bien para enriquecerse ilícitamente. El caso más emblemático quizás fue el del SOMU, regenteado por Omar Caballo Suárez, hasta el momento de su detención. Tras dos años de intervención judicial, hace unos pocos días, los afiliados a ese sindicato pudieron elegir -de manera libre y democrática- a sus nuevas autoridades. Para ello, se utilizó un mecanismo novedoso en el ámbito sindical, como fue el de la boleta única electrónica. Al inicio, el mecanismo fue resistido por la totalidad de las agrupaciones. No obstante, las mismas terminaron celebrando la transparencia y la efectividad del sistema. Hacía más de treinta años que en ese gremio no competían legítimamente dos listas. En definitiva, los resultados se han traducido en un verdadero logro para la Administración, y en un mensaje contundente para todas las asociaciones gremiales, de cara al futuro: no más elecciones fraudulentas ni candidatos estatutaria o legalmente inhabilitados.

 

Lo más relevante de ese proceso fue que uno a uno quienes de una manera u otra habían tenido participación o responsabilidad en las viejas estructuras, se vieron imposibilitados de tomar parte del acto comicial. Más aún: ahora mismo, están respondiendo ante la Justicia por sus antiguas conductas. Y hemos de insistir en la importancia del mensaje a futuro, para el conjunto de la dirigencia sindical a nivel nacional. En el caso particular del SOMU, el proceso implicó una clara y necesaria renovación generacional de su clase dirigente. Por estas horas, ninguna de las agrupaciones cuenta con la fortaleza necesaria para prescindir de las otras. Escenario que las fuerza a construir consensos y a compartir gobierno. 

Otro notable subcapítulo en el combate contra las mafias enquistadas en el sistema de sindicatos, ha sido el que remite al 'Pata' Medina. Este, tras no pocos años de promocionarse como amo y señor de las obras en construcción en la Ciudad de La Plata, se encuentra ahora procesado y con prisión preventiva.

 

Muchos conciudadanos experimentan hoy estas noticias con un dejo de naturalidad; pero hemos de recordar que, hasta hace poco, el poder compartir estas noticias positivas era, sencillamente, una utopía. La Salada, por ejemplo, se alzaba como un modelo exportable para la saliente Administración kirchnerista. 'Caballo' Suárez ha sido uno de los sindicalistas predilectos de la ex mandataria, Cristina Elisabet Fernández.

Es menester tomar consciencia sobre este cambio, y percatarse de que la decisión política del actual gobierno coincide con combatir a las mafias. Para el país, se asiste a un notable salto hacia adelante, en materia de calidad institucional.