POLITICA ARGENTINA: JUAN CARLOS NEVES | NUEVA UNION CIUDADANA

Argentina: danzando al borde del abismo

La posibilidad de que los tenebrosos personajes que nos gobiernan alcancen el poder total...

19 de Enero de 2021

 

La posibilidad de que los tenebrosos personajes que nos gobiernan alcancen el poder total y puedan modificar la Constitución Nacional, torcer definitivamente el brazo de la justicia y sumirnos en un régimen bolivariano de tipo comunista venezolano, es el escenario que más atormenta a una parte significativa de los ciudadanos argentinos, mientras un buen número de compatriotas cierra sus ojos y una minoría de aprovechados se solaza con la situación -enriqueciéndose, mientras picotea en los despojos de la nación, portando la avidez de insaciables caranchos.

Argentina, Crisis Argentina, Alberto FernándezA efectos de proveer algunas precisiones acerca de los riesgos reales que se ciernen sobre nosotros, quisiera compartir con el lector algunos datos que hacen a las próximas elecciones.

Con respecto a la posibilidad de  una reforma constitucional, atendemos al Artículo 30 de nuestra Carta Magna, el cual manifiesta textualmente: 'La Constitución puede reformarse en el todo o en cualquiera de sus partes. La necesidad de reforma debe ser declarada por el Congreso con el voto de dos terceras partes, al menos, de sus miembros; pero no se efectuará sino por una Convención convocada al efecto'.

Ahora, bien; en las elecciones legislativas del año 2021, se elegirán 24 senadores en ocho provincias, correspondiendo -en cada una- dos senadores por el partido que gane la elección, y uno por el que quede en segundo lugar.

El Frente para Todos y sus aliados suman en el bloque 43 votos, de los 48 que constituyen los dos tercios del total de 72 senadores. En las ocho provincias en que se eligen senadores -a saber: Catamarca, Chubut, Corrientes, La Pampa, Tucumán, Córdoba, Mendoza y Santa Fe-, el Frente para Todos cuenta con la mayoría en cinco de ellas, y la minoría en tres. Si ganara en todas las provincias, sumaría tres senadores más, escenario que no le permitiría alcanzar los dos tercios. Si perdiera en las ocho, reduciría su caudal en cinco senadores, aunque conservaría la mayoría que se alcanza con 37 votos. Es decir que no existe forma de que, en esta Cámara, el Frente para Todos pierda la mayoría, ni que alcance los dos tercios en los referidos comicios; en consecuencia, el tratamiento de una eventual reforma constitucional quedará para otra ocasión. 

El panorama en diputados tiene otras características. La Cámara suma 257 diputados, que se renuevan por mitades. El Frente para Todos y sus aliados contabilizan un bloque de 119 diputados, y pondrán en juego 51. A efectos de alcanzar los dos tercios, deberían renovar los que finalizan su mandato, y sumar 53 diputados más; para alcanzar la mayoría, debería renovar y sumar diez diputados más. Frente a esta realidad, es sumamente improbable que alcance los dos tercios. Sin embargo, podría alcanzar la mayoría, de obtener una abrumadora victoria. Si bien el peligro de una reforma constitucional queda aventado, subsiste el riesgo de que el Frente de Todos alcance la mayoría en ambas Cámaras: ello habilitaría a este partido para aprobar las leyes como un simple trámite, dada la férrea disciplina partidaria que ejerce la conducción de esa fuerza.

La conclusión de estos datos numéricos es que la batalla más dura y trascendente se dará en la elección de diputados nacionales. Aquí, se presentan dos problemas para la oposición. El bloque mayor, que corresponde a Juntos por  el Cambio, pone en juego a 60 de su bloque de 116 diputados. Esta alianza obtuvo buena parte de sus legisladores tras celebrarse la, para ellos, exitosa elección del 2017, y su renovación será dificultosa, luego de su insatisfactoria gestión de gobierno y su derrota en 2019. Por ello, es de extrema importancia emerjan novedosas y sólidas propuestas electorales que sean genuinamente opositoras, con capacidad para atraer al electorado desencantado de Juntos por el Cambio, y al electorado frustrado merced al desastre compartido por la Administración del Presidente Alberto Fernández, y de su influyente y dañina Vicepresidente.

Asimismo, resulta importante considerar que los candidatos de mitad de lista de Juntos por el Cambio suelen ser producto de concesiones y acuerdos de conveniencia, tratos que exhiben escasa convicción y confiabilidad. Seguramente, los primeros candidatos de las listas de otros partidos opositores serán los líderes mejor formados y preparados que presente cada fuerza, y constituirán una mejor opción.

Tampoco ha de soslayarse que leyes tan injustas como la que impusiera la nueva fórmula jubilatoria, e inicuas como la que legalizó el crimen del aborto en la Argentina, contaron con el apoyo y beneplácito de algunos de los actuales mal llamados opositores. En el caso del aborto, no puede dejar de mencionarse que treinta y ocho diputados de Juntos por el Cambio y la Unión Cívica Radical votaron por la afirmativa, y que diez senadores de Juntos por el Cambio aportaron los votos definitorios para alcanzar la mayoría que permitió la promulgación de la ley. 

Por ello, será lícito considerar que es hora de terminar con el mito de la fatal caída en la polarización, y asumir que es necesario, importante y saludable que el electorado acompañe las listas de nuevos partidos y coaliciones del centroderecha, que hoy se presentan acompañadas de propuestas opositoras claras y definidas. Las hay con líneas de centroderecha, cristianas, nacionalistas, pro-vida, y desarrollistas, como es el caso de Nueva Unión Ciudadana, y de otras con programas de tendencia liberal o libertaria. En todos los casos, el énfasis debe ser puesto en que los candidatos sean confiables en su compromiso con la Constitución, el correcto funcionamiento de la justicia, la persecución de los corruptos, y el impulso a los emprendedores y al trabajo genuino, aspecto éste último que pondrá fin a la cultura del subsidio y a los planes sociales.

La aparición de un bloque sólido del centroderecha en el Congreso de la Nación Argentina permitirá escuchar propuestas nuevas y puntos de vista renovados. Solo un cambio real y profundo podrá sacarnos de la frustración del fracaso reiterado que acompaña las políticas populistas de unos, y que se ha fusionado con las nefastas variantes de centroizquierda de los otros.

Comparto con el lector esta luz de esperanza. Somos muchos los que estamos trabajando en estas nuevas alternativas y, con la ayuda de Dios, esperamos sacar a la Argentina adelante, contra todos los obstáculos que levantan las viejas y corruptas estructuras aferradas al poder, y que nos mantienen danzando al borde del abismo.


* El autor, Juan Carlos Neves (@NevesJuanCarlos), pertenece al partido político Nueva Unión Ciudadana