Ricardo Jaime, sin excusas

Los bloques de diputados nacionales de la UCR y del ARI pidieron la renuncia del polémico Secretario de Transporte, Ricardo Jaime, y la rescisión del contrato con la empresa TBA, tras los graves incidentes en Haedo. A través de una iniciativa parlamentaria, el bloque de la UCR en la Cámara Baja, que preside Horacio Pernasetti, solicitó la renuncia de Jaime y su “sometimiento a la Justicia, que lo investiga por las anomalías cometidas en el ejercicio de su cargo en el caso Southern Winds”. En tanto, el ARI presentó un proyecto de resolución para pedir que se rescinda el contrato con la empresa TBA y coincidió con el radicalismo en la necesidad de pedir la renuncia de Jaime. El titular del bloque de diputados del ARI, Eduardo Macaluse, recordó que esa fuerza denunció en 2004 “el altísimo nivel de incumplimientos contractuales en que incurrieron los concesionarios de los ferrocarriles de pasajeros y la omisión del Estado en el control y la aplicación de sanciones”. Esto se suma a planteos formulados por diputados del duhaldismo y del socialismo. Jaime, ícono de la corrupción del kirchnerismo El Secretario Ricardo Jaime es ciertamente uno de los funcionarios más polémicos y cuestionados de la Administración que conduce el Presidente de la Nación, Néstor Kirchner. Quienes siguen de cerca sus pasos en la función pública destacan, no sólo la soberbia del amigo personal del Presidente, sino también el hecho de que mantiene un notable perfil bajo pues es consciente de los numerosos cuestionamientos a su gestión. Jaime está involucrado en cuestiones de alta sensibilidad, que salpican gravemente al Gobierno en lo que hace a actividades ilícitas en que incurriera la aerolínea Southern Winds, pues fue el ideólogo principal de la política de subsidios con que el Estado favorece a la aerolínea. También ostenta el triste récord de registrar más de una docena de causas penales de diversa índole, y la impunidad con que opera se ha vuelto la comidilla de notables analistas políticos. "El Presidente puede pedirme cualquier cosa, excepto la renuncia", sentenció en una entrevista a un importante medio nacional. La expresión dio muestra acabada de la altanería con la que se manifiesta el oscuro funcionario. Otros, como el periodista de investigación Guillermo Cherasny, han ido más allá, al acusarlo de haber apadrinado a un supuesto hijo extramatrimonial del Presidente de la Nación. Tal sería el "anzuelo" gracias al cual Jaime mantiene una importante cuota de poder en el Gobierno : si tuviera que abandonar su cargo, bien podría revelar los secretos más oscuros que se derivan de la operatoria del gobierno kirchnerista. La labor de la Justicia, al intentar investigar al Secretario de Transporte, ha sido bloqueada en incontables oportunidades por el Gobierno, especialmente en lo que tiene que ver con la cuestión de los subsidios a Southern Winds -Jaime tiene una discrecionalidad prácticamente ilimitada en lo que hace al manejo de fondos públicos relacionados con este tema-. Incluso se ha comprobado que aviones de Southern Winds estuvieron a disposición de su esposa para viajes de placer al interior del país. Por otra parte, era imposible -dado el involucramiento de Jaime en la operatoria de la aerolínea- que el funcionario desconociera los ilícitos relacionados con las drogas en que Southern incurrió. ¿Cómo se explica, por nombrar solo un caso, que aviones vacíos fueran y vinieran en forma reiterada desde Córdoba -Pajas Blancas- a Tacna -Perú-, dada la pobrísima demanda existente para la mencionada ruta? Precisamente, Tacna está en la mira de los servicios de inteligencia estadounidenses y la agencia antidrogas americana -DEA-, dado que en esa localidad, desde ciudadanos hasta políticos y policías nutren sus billeteras con ingresos provenientes del narcotráfico. Pero las andanzas de Jaime tampoco terminan allí. Recientemente, arregló en España y China la compra de millones de dólares en material ferroviario -vagones de pasajeros e insumos varios-, e investigaciones reservadas hablan de sobrefacturaciones impresionantes derivadas de esas operaciones. Tal parece que el Presidente Néstor Kirchner deberá blanquear inmediatamente la situación de Jaime, o bien removerlo de la función pública, antes de que el espinoso problema le estalle en la cara y lo obligue a pagar costos políticos que, en última instancia, pondrán en juego la ya devaluada situación del país.