Los conflictos estructurales de la Argentina, profundizados por Néstor Carlos Kirchner
Transcurridos más de cuatro meses de las elecciones presidenciales, es posible realizar un primer análisis de las mismas. Sabido es que la conclusión real del proceso solo la podremos tener una vez finalizada la gestión de la Presidente Cristina Fernández de Kirchner, y con los elementos objetivos resultantes del proceso.
21 de Julio de 2010
Hoy -y no sin la correspondiente cuota de desencanto- comprobamos que la sociedad argentina se expresó en octubre con diversidad, sin que ello se viera reflejado en la conformación de la estructura política-institucional, surgida del acto comicial donde en la actualidad el poder se ejerce en forma hegemónica como si se hubiera obtenido una victoria aplastante en los sufragios.
El triunfo oficialista en las legislativas del 2005 fue del 40% y el 45% en las presidenciales de 2007; estos son, sin embargo, para los ganadores porcentajes asimilables a la abrumadora conquista del candidato predestinado Dmitry Medvedev en la Rusia de Vladimir Putin, no solo por los exultantes discursos triunfalistas sino por los actos de gobierno que viene ejerciendo el matrimonio presidencial.
En los países democráticos se ratifica y robustece el bipartidismo como instrumento de gobernabilidad. El control de los actos de gobierno y el aporte de nuevas instancias de solución son la herramienta del disenso y con él constituyen la piedra basal para la construcción de nuevas estructuras. Mientras tanto, en la Argentina se profundiza su defunción, consecuencia de la segmentación de la oposición, fuente insoslayable de esta circunstancia, y que sólo se resolverá cuando la política argentina vuelva a tener dos ejes partidarios y no sólo uno.
En 1973 el lema predominante para las elecciones del 11 de marzo, era "Cámpora al gobierno, Perón al poder?. En 2008, la Argentina tiene a Cristina Fernández en el gobierno y a Néstor Kirchner al poder, en este caso también desde la conducción del PJ. En 35 años solo la representación cambió; ayer lo cantaban y anunciaban como iba a ser la posterior administración. Hoy lo conciben pero no lo admiten.
El gran peligro hoy es que la estructura política argentina es ejercida con total discreción y arbitrariedad, tanto frente a los otros poderes del Estado como a la sociedad misma.
En una entrevista radial con Magdalena Ruiz Guiñazú y que tuviera lugar en mayo de 2007, el ex presidente Kirchner dijo sobre la repatriación o no de los fondos extraordinarios de Santa Cruz : "Están todos repatriados; algunos fueron invertidos en obras y el resto está siendo administrado por el banco de la provincia".
Hace pocos días, el gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta, informó que durante 2007 se repatrió una suma para poder afrontar el pago del aumento salarial del 22% a toda la administración pública y subir a $780 el sueldo básico docente, aclarando que "Los fondos siguen depositados en el fideicomiso a nombre del Banco Santa Cruz en Suiza".
¿Quién miente? O deberíamos decir, ¿quién falta a la verdad? Nos encontramos ante un grave caso de evasión, elusión, malversación de fondos, distracción, etc. ¿Cómo llamarlo? Esto aconteció durante 12 años y en especial durante el período que va entre 1993 y 2003, tiempos en que Néstor Carlos Kirchner era gobernador. Aún persisten los interrogantes sobre el manejo que se hizo de los polémicos fondos sin rendición alguna y como si fueran parte del haber personal del ex presidente.
Ante la constante necesidad de recaudar, el poder central nuevamente sancionó una fuerte suba en las retenciones a la producción oleaginosa, lo cual fue recibido con creciente malhumor por los gobernadores de la zona pampeana, quienes ya estaban muy molestos pues no reciben en obras de infraestructura lo que aportan en concepto de impuestos.
Con el nuevo esquema de retenciones al complejo oleaginoso, los resultados no son para nada alentadores.
Los efectos sobre esta campaña impactarían en la forma de u$s 2.100 millones adicionales de recaudación contra u$s 10.000 ingresados el año pasado, de acuerdo a datos del departamento de Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario.
El presidente de la Bolsa de Cereales de Córdoba, Juan Carlos Martínez disparó : "El Gobierno se queda con parte de la renta que se genera en el interior y no vuelve; lo usa como herramienta de poder, mientras que las provincias tienen una gran necesidad de obras", afirmó.
En 1834, fue nombrado Juan Manuel de Rosas como gobernador del Virreinato del Rio de la Plata, pero no a la postre no aceptaría la nominación pues no se le concedían las facultades extraordinarias. No se sentía capaz (ni le interesaba) gobernar bajo las limitaciones de un estado de derecho.
El asesinato en Barranca Yaco del general Facundo Quiroga provocó un clima de inestabilidad y violencia que obligó a la legislatura a llamar de regreso al gobierno a Rosas, quien finalmente asumió el 13 de abril de 1835, y a otorgarle la condición que exigió : la suma del poder público, esto es, la representación y ejercicio de los tres poderes del Estado, sin necesidad de rendir cuenta de su ejercicio.
Concretamente, y a modo de conclusión, la historia se encarga de enseñarnos que, mientras Juan Domingo Perón y Juan Manuel de Rosas proclamaron sus intenciones, el matrimonio Kirchner las encubre.
Francisco Montesano.
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Por Francisco Montesano, Totalnews.com.ar