Cristina Fernández de Kirchner, sin apoyo ciudadano. La nueva devaluación en ciernes y el estallido social a la vuelta de la esquina. Se incrementan los retiros de depósitos bancarios
La Presidente Cristina Fernández de Kirchner se encuentra, claramente, en su peor momento político. Ya existen señales inequívocas en la economía que sugieren la posibilidad de la implementación de una devaluación, que se ha filtrado de la agenda kirchnerista. Informes reservados hablan de un posible estallido social, derivado de la estrategia oficialista de división. Comienza la cacería de brujas desde la Rosada.
21 de Julio de 2010
En tiempos de la gestión del ex ministro de Finanzas, Juan Vital Sorrouille, el sector bancario se apresuró a notificar al mercado acerca de potenciales planes devaluatorios, ofreciendo tasas elevadísimas para los depósitos en plazos fijos. Lo propio está ocurriendo ahora, en las horas menos felices de la Administración Fernández de Kirchner. Rezan algunos de los mensajes grabados que muchos clientes de cierto banco reciben en sus contestadores telefónicos que "el interés que le ofrecemos para depósitos a plazo fijo equivale a si Ud. depositara un millón de pesos".
Porque, aunque gran parte de los medios lo niegue, lo concreto es que el retiro de depósitos durante el último mes ha superado fronteras ya preocupantes. El sector bancario ya se encontraba en crisis por la no posibilidad de ofrecer créditos a baja tasa, pero la presente crisis social y económica ha gatillado la desesperación de los agentes del sector financiero, que ante la alarma que significa el retiro de depósitos del sistema, se encuentra ya mismo ofreciendo intereses ridículos para aquellos que se animan a confiar en el sistema. En este sentido se ha expresado recientemente el matutino Ambito Financiero, y otros medios underground como Seprin.com ya refieren a la posibilidad certera de una devaluación importante del peso. De esta noticia -que pulula también por muchos porgramas políticos radiales- se han agarrado los bancos para comenzar a ofrecer intereses elevados para quienes se atrevan a apostar a los plazos fijos. Por cierto, en este esquema también confluye la poco seria política oficial de planchar de manera increíble el índice de incremento de precios al consumidor para el pasado mes de marzo que, habiéndose colocado en un irrisorio 1,1%, ignora lo sucedido con los productos cárnicos, el pollo, los lácteos y los vegetales, que dispararon su precio por encima de los 50 puntos porcentuales en promedio.
La inflación proyectada antes de la crisis con el campo para 2008 en ningún caso figuraba por debajo del 40%, pero por estas horas ciertas fuentes consultadas por El Ojo Digital en los mercados ya refieren a la posibilidad de que la cifra se dispare hasta alcanzar los 80 puntos para el final del año.
Por su parte, los players mejor informados de la City porteña conocen detalles de los números que se manejan desde el Central y el Ministerio de Economía del atribulado Martín Lousteau, y saben a la perfección que el Gobierno Nacional se encuentra en plena sequía financiera debido a los vencimientos de US$1 17 mil millones para mediados de 2008. A partir de la fallida reunión de la Presidente con Nicolas Sarkozy en Francia, estos referentes del mercado de capitales se han enterado de la solicitud que se le hizo a la Argentina para que se ocupe definitivamente de los hold outs y de los US$ 6,5 mil millones de deuda con el Club de País, pues de otra manera se terminó el financiamiento externo para el país. Tampoco podrán los Kirchner recurrir a Hugo Chávez dado que el dictador venezolano terminará su gestión en noviembre y -salvo que ocurra un milagro- será eyectado del poder por aquel tiempo. No se encuentra el caribeño en condiciones de ofrecer dinero fresco sin cuestionamientos al matrimonio presidencial y así salvarlo del incendio. Lo que es más, Chávez se dio otra vez el lujo de abofetear a los Kirchner, nacionalizando la empresa argentina SIDOR, y por lo bajo se comenta que el venezolano se ha decidido abiertamente a ignorar Néstor y a Cristina, a sabiendas de que no les queda mucho tiempo de vida en la Casa Rosada. El mes de julio será clave -si acaso la Presidente todavía se encuentra en funciones-, dado que la crisis energética obligará al Estado a una exagerada erogación para aprovisionar de gas al sistema, a partir de los precios elevadísimos que Bolivia y Brasil -con sus parques de GNC comprometidos- deberán cobrarle a la Argentina, siempre y cuando esos países se decidan finalmente a ceder algo de sus propios recursos para destinarlos al sur.
Es a partir de todo esto que ha trascendido la información de que ciertos elementos del gobierno kirchnerista se encuentran planificando un escenario de devaluación importante, para garantizarse la recaudación de mayores recursos financieros, sosteniendo el presente sistema de recaudación de inflación. El problema es que tal medida implicará un círculo vicioso determinante para que, ante el escenario de inflación aún más creciente, los gremios vuelvan a presionar al gobierno por más aumentos, y en ese contexto, el índice de precios real treparía a entre 60 y 80 puntos para final de año. El problema principal para la Casa Rosada es que, sin importar cuánto se dibujen los índices desde el INDEC, el mercado sabe con detalle el dato de la inflación real, y ello vuelve a incrementar geométricamente el precio de las mercaderías. Más aún en el actual escenario de saturación de la capacidad productiva de un país sin inversión extranjera directa y sin políticas productivas auténticas desde el día uno de Néstor Carlos Kirchner.
Sectores relevantes de la economía a la hora de presentar análisis sobre la actual situación también comienzan a reflejar los síntomas de la enfermedad terminal de las políticas económicas oficiales. Desde el sector de la construcción, para citar un caso, se evalúa un horizonte cercano con una explosión importante del tipo de cambio -hablando específicamente del dólar- y la actividad aquí comienza a paralizarse. Quienes más lo están sufriendo en carne propia son las inmobiliarias, que observan un freno categórico en sus operaciones. "Todo el mundo se ha quedado quieto, como consecuencia de la crisis que vive el país y especialmente después de los cacerolazos en Plaza de Mayo. Aquellos que se encontraban a punto de adquirir una propiedad se han decidido a esperar para ver qué sucede de aquí a unos meses. Solo volverán a moverse si empiezan a notar oscilaciones en la cotización del dólar, que todo indica comenzará a subir porque otra vez el público está demandando moneda estadounidense. Por eso se explican las restricciones impuestas desde el Central a las casas de cambio y los bancos, para que nadie venda pesos en forma exagerada".
Hay representantes de bancos importantes que, en estos precisos momentos, orientan a sus clientes acerca de la conveniencia de retirar sus depósitos en pesos de la plaza local, para remitirlos a Estados Unidos o la República Oriental del Uruguay, al tiempo que recomiendan también adquirir dólares y euros en una proporción de 70-30. Desgraciadamente, esta información suele estar disponible inicialmente para medianos y grandes ahorristas, mientras que los pequeños tenedores de ahorros reciben el dato cuando suele ser demasiado tarde. Ya ocurrió meses antes de diciembre de 2001 y muchos pronostican que lo propio sucederá en poco tiempo.
Pasando al terreno estrictamente político, es interesante observar la manera como el Grupo Clarín de la señora de Noble y cuyo CEO es Héctor Magneto se ha decidido finalmente a rebelarse contra el Gobierno Nacional, al tiempo que la crítica desde otros sectores de la prensa se vuelve también más virulenta. Resulta un detalle no menor también uno de los recientes editoriales del periódico La Nación, en donde, líneas más, líneas menos, se declara que la Presidente Cristina Fernández de Kirchner "no ha generado cambio alguno desde su llegada al poder". El artículo también ataca con convicción y particular dureza la actitud oficial de enviar al piquetero Luis D Elía a apalear a familias y a ciudadanos que protestaban en Plaza de Mayo, en ocasión de los últimos cacerolazos.
La rebeldía no se observa solamente entre los gobernadores anteriormente cercanos al kirchnerismo, sino también en la Justicia : muchos han leído, frente al reciente fallo de la Corte en relación al ex comisario Luis Patti, una movida atrevida de los jueces, que ya no tienen tanto temor de determinar decisiones contrarias a los intereses políticos de la Casa Rosada.
Y, desde luego, la información más notable, comprobada en la última semana, es que el Gobierno Nacional ya no tiene control alguno sobre las fuerzas de seguridad. Se ha visto en el desentendimiento que ha exhibido la Gendarmería Nacional al ordenársele reprimir a manifestantes del campo, accionar pasivo que ya se ha venido viendo incluso en la Policía Federal ante manifestaciones callejeras. Por otro lado, y como ya lo había adelantado El Ojo Digital desde esta columna, las Fuerzas Armadas -a través de generales en actividad y oficiales de primer orden- habían sugerido en círculos reservados que en modo alguno intervendrán para defender a la Casa de Gobierno frente a un escenario de crisis o estallido social.
La explicación más lógica y complementaria para lo expuesto líneas arriba es la caída aún más abrupta que en las últimas 48 horas exhibe la imagen de la primera mandataria, Cristina Fernández de Kirchner. Su índice de popularidad apenas supera los 20 puntos porcentuales, y en los círculos del poder esta información circula raudamente.
Precisamente, a sabiendas de esto, operadores de imagen que visitan la Casa Rosada periódicamente, liberaron informes en donde hablaban de una imagen presidencial de un 35%, dato que, si bien era preocupante de antemano, incluyo conlleva un dibujo de no menos de 10 puntos, a los efectos de disminuir el daño y de abrir una puerta para una mejora si acaso Cristina lograse un acuerdo con los referentes del campo argentino. El periódico El País de España ha reflejado datos reales en donde confirmó una medición que exhibía la popularidad de la Presidente en un irrisorio 23%. Cifra que no le alcanza para mantenerse en el poder por más de 60 días, a entender de cualquier analista serio.
Ante la desesperación, desde la Casa Rosada ya se preparan planes -al menos así lo refieren fuentes reservadas y la página web Seprin.com, normalmente muy bien informada frente a escenarios de crisis extremas- con el objetivo de polarizar aún más a la sociedad y acusar a manifestantes y a la ciudadanía que se exprese contra el kirchnerismo, como dirigidos por sectores militares de ultraderecha, represores y demás elementos. Ante este escenario, Seprin.com incluso refirió a informes del Comando Sur estadounidense, con base en Miami, estado de Florida, que evalúan la posibilidad certera de ocurrencia de un estallido social furibundo en la Argentina, gatillado por posibles operaciones clandestinas de autoatentados o magnicidios pergeñados por el propio matrimonio presidencial, dispuesto a todo para permanecer en el poder. A este respecto, obsérvese y analícese objetivamente la tónica y la retórica utilizadas por el ex presidente Néstor Kirchner y su señora esposa de cara a las protestas, de las que se sugirió fueron armadas. Y se llegó al extremo de acusar a los participantes de "golpistas", "gorilas" y de haber organizado las protestas y los cacerolazos a nivel nacional... desde sus casillas de correo electrónico.
El problema es que desde la Casa Rosada se ha acusado a la prensa en general de desestabilizar al Gobierno. Un auténtico "manotazo de ahogado" que solo puede traducirse en una maniobra desesperada ante el desmanejo de la crisis nacional. Observaciones preocupantes originadas en el Congreso de la Nación y otros círculos de poder refieren a otra medida que el kirchnerismo se encontraría cercano a implementar : el encarcelamiento inmediato y sin proceso judicial de dignatarios ya especificados de la prensa, el sector empresario, y de organizaciones sociales que no comulgan con el pensamiento único que emana desde Balcarce 50. Una de las personas que se encontrarían, por estos momentos, en la mira, sería Cecilia Pando de Mercado.
Por Matias Ruiz, para El Ojo Digital Política.
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Por Matias Ruiz, para El Ojo Digital Política