Panorama político post 28 de junio: entre el "ladriprogresismo" al palo y el onanismo militante y serial
Cualquier observador no avisado, a la vista de la lamentable sesión de la Cámara de Diputados, donde el matrimonio morganático logró media sanción para renovar las facultades delegadas del Congreso al Poder Ejecutivo Nacional, hubiera supuesto que en el comicio del 28 de junio pasado, el oficialismo triunfó de manera contundente.
21 de Julio de 2010
Las brigadas K se pavonearon por el recinto dentro de lo habitual desde 2003: con soberbia absoluta, humillando a sus presuntos "detractores" y casi sin cambiar un ápice de la idea original. O sea, el poder absoluto para los K, anchoas en el desierto para el "enemigo".
Sin embargo, según apareció en los mass media el 29 de junio, el pueblo le propinó una formidable tunda al Frente para la Victoria. Siete de cada diez argentinos votaron en contra del "modelo". Pero, hete ahí que la Kretina afirmó suelta de cuerpo, en conferencia de prensa en la Rosada, que ella había ganado las elecciones nacionales, que los votos de El Calafate lo corroboraban y que en la Provincia de Buenos Aires había perdido por "poquito", casi un empate. A juzgar por lo que devino luego, la "oposición" le creyó a pie juntillas. El resultado electoral no era el anunciado por los diarios. La "realidad", interpretada por la excelsa Presidenta, indicaba (e indica) que fue el oficialismo el triunfador en la justa electoral.
Dada la premisa de la "victoria" K, el gobierno "invitó" a un "diálogo" a los oponentes con el Ministro del Interior. Hasta el mismísimo Mauri acudió presto con un bandoneón (trucho) de regalo a la consorte de quien realmente manda en Argentina. De más está decir que les respondieron con un "nones" bien rotundo a las solicitudes de los visitantes. Los vejaron y violaron (contra natura) a la vista de las cámaras de televisión. Y los "muchachos", sonrientes y contentos, parecieron agradecer todas las impudicias recibidas.
Dado que la "oposición" se niega a aceptar que ganó las elecciones, el oficialismo, siempre rápido en la "cortita" (de gobernar ni hablar) hizo (y hace) cómo que ganó, según el "relato" de corte bíblico de la Kretina.
De eso pues se trató, impúdica y pornográficamente, la sesión de marras. Dado que los votos no alcanzaban, acudieron prestos y ansiosos los alma mater del (ladri) progresismo vernáculo para ayudar al oficialismo. Daba vergüenza ajena lo que sucedía en el recinto. Especialmente, en sus alrededores. La famosa "Banelco" nuevamente encendió sus luces "a giorno". Como otrora. Circuló de todo: Kash, más puestos (ñoquis), dentro del Congreso, para los (ladri) progresistas y jugosos (plus) contratos en el PEN para aquellos que no renuevan la banca. Para equilibrar los tantos, carradas de Kash para los muchachos del bombo que se despiden de la banca a fin de año.
Tantas "efectividades conducentes", como decía Don Hipólito, condujo a que al final de la sesión, los votos sobraban. Entonces se vino el (ladri) progresismo al palo. Aquellos que había facilitado el quórum, soltaron discursos que competían en el grado de hipocresía. ¡La hermana Vilma hasta afirmó que había que cuidar la gobernabilidad! Y Lozano, Macaluse y otros boys, elegantemente ¡se abstuvieron! Una verdadera joda para Tinelli.
Por su parte, los "opositores" lucieron magníficamente como lo que son: un hato inorgánico de onanistas militantes y seriales. Ni siquiera se les ocurrió denunciar el festival de corrupción que se escenificaba ante sus narices! Expusieron, como siempre, sus divisiones y aires de vedetongas muy dignas del programa de Rial. Daba vergüenza ajena verlos (especialmente sus caras) mientras el oficialismo se les c?. de risa en el rostro. Claro, tienen pánico. Néstor Kirchner, en su debilidad extrema, los corre con una renuncia de carácter épico. Enrostrándoles que unidos con la "oligarquía" y los "medios destituyentes" son los culpables del fracaso del "modelo" de redistribución del ingreso y otros y diversos cuentos chinos. Y si K se raja a Caracas, saben que le deja un "muerto" de proporciones mayúsculas. Y saben, también, que ellos son tanto o más inútiles que los K. Por ende, cómo no saben qué hacer ante la coyuntura, ni quieren pagar los "costos" de enderezar el barco, hipócritamente, no levantan olas, a efectos de "garantizar" la gobernabilidad. Léase, que los K no huyan de improviso y se tengan que hacer cargo del país. Obvio, en esta parafernalia, el "Cleto" es el más asustado. También sabe que carece de background intelectual y peso político para domar el potro salvaje que se viene.
Concluyendo. La República, frente a una nueva crisis política y económica de proporciones, se mece entre la hipercorrupción K, el (ladri) progresismo al palo y un numeroso grupo de onanistas políticos e intelectuales. Da la impresión que el futuro argentino pinta bastante de negro.
Por Milena Sartori, para El Ojo Digital Política.
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Por Milena Sartori, para El Ojo Digital Política