Martín Sabbatella tiene demasiado que explicar acerca de su gestión en Morón

"Se terminaron las transparencias de los Sabbatella, y del regente de intendencia, Lucas Ghi", aseguró el Diputado Provincial Gabriel Villegas. Las declaraciones del legislador fueron realizadas después de trascender un reclamo de empleados del municipio de Morón, asentado en un acta fechada el 15 de octubre pasado en la Delegación Regional Morón del Ministerio de Trabajo. En aquella oportunidad, el sindicato de trabajadores municipales ratificó que el gobierno comunal no cumple con el salario mínimo vital y móvil acordado entre el Ministerio de Trabajo de la Nación y la CGT para los trabajadores de todo el país, razón por la cual, hasta tanto se normalice esta situación, solicitaron una suma no retributiva de $500 pagaderos desde el mes de noviembre, y que se considerara este incremento de manera remunerativa en los sueldos del próximo año. La respuesta del municipio fue negativa. "El salario del trabajador ha empeorado a límites de pobreza insostenibles", sostienen desde el sindicato. La puja entre ambas partes no difiere demasiado del reclamos de cientos de miles de empleados públicos de diversos estamentos; la diferencia y el enojo justificado de los empleados municipales de Morón fue cuando, tras negárseles un aumento que apenas equipara sus salarios con los mínimos anunciados por el Gobierno Nacional, descubrieron que la gestión comunal -que no puede darles ese incremento- sí puede abonar costosísimos servicios de catering. "Se llenan la boca hablando de gestión y transparencia, de progresismo y defensa de los más pobres, pero son producto del marketing y la publicidad, esa misma que no sabe cómo dibujar y tuvo que realizar rifas después de la campaña electoral para justificar los gastos", remarcó Villegas. Según la Orden de Compra Nº 3126, unidad de compra Nº 1, del 27 de octubre de 2009, (expediente N° 2.840/2009, aprobada la compra directa y al contado Solicitud de gasto 4067 delegación 1 en fecha 21/10/2009, pedido 2840) se adquirió un servicio de lunch por un costo de $10.000, que fuera utilizado oportunamente en una sala de atención periférica. Nadie supo explicar el motivo del lunch, ni por qué pudo dilapidarse semejante suma en un agasajo, comprado de manera directa y que, para colmo, ni siquiera fue adquirido en Morón. El servicio, según esa orden de compra, fue entregado por un comercio localizado en Chacabuco 299, de Ramos Mejía. "No hay plata para empleados, pero sí hay para cargos políticos a granel y para agasajos dudosos. ¿Eso es transparente?", se preguntó el legislador Villegas, quien acotó además, que "esto supuestamente se hizo a menos de una cuadra del barrio Ibáñez, un sitio donde los habitantes viven con un alto grado de carencias sociales y alimentarias". "Da vergüenza ver estas actitudes por parte de quienes se llenan la boca criticando gestiones ajenas y tienen la propia empañada y sucia. Sería bueno que empiecen a explicarle a la ciudadanía de Morón en qué gastan sus contribuciones de manera discrecional y dejen de hacer creer que orinan agua bendita", concluyó -polémico- Gabriel Villegas. Por Matias Ruiz, para El Ojo Digital Política. E-mail: elojodigital.com (arroba) gmail.com.