El principio del fin, última parte: mensaje para ciudadanos y dirigentes políticos

Otro domingo complicado para el cristinismo, esta vez, enn Córdoba.

Juan Manuel De la Sota -ganador por abandono- intensificó un discurso que lo acerca al peronismo ortodoxo y lo aleja del cris-camporismo. Y lo terminó confirmando en los hechos: el 14 de agosto lleva su propia lista de candidatos a diputados nacionales.

La lectura que surge, espontáneamente al menos, es que en una provincia “sojera” el campo decidió repartir sus preferencia entre De la Sota y el radical Oscar Aguad, quien fuera un férreo opositor a la Resolución 125.

Ese 75/80% de los votantes difícilmente opte por el oficialismo nacional en las primarias que se avecinan. Nos vamos acercando al fin del camino.

Un pseudomodelo progresista, que hace agua por todos lados, se ve ahora muy complicado por el escenario internacional.

Es un hecho que, aún cuando traten de mantener al paciente conectado al respirador, más temprano que tarde el proceso keynesiano mundial eclosionará.

Entonces, las grandes potencias terminarán en un precipicio más profundo que aquel en el que cayeron cuando explotara la “burbuja financiera” y quebraron grandes entidades bancarias.

Mi presagio se mantiene inmodificable: el modelo mundial del “consumismo virtual” se derrumbará inexorablemente y la baja de las commodities terminará por descorrer el velo, dejando al descubierto que nuestro país jamás tuvo política económica durante la era kirch-cristinista.

En efecto: la pobreza, la indigencia, la marginación, el desempleo, la inseguridad, la inflación, etcétera, superan ampliamente cualquier medición comparativa con la década del noventa.

En aquel entonces, la estabilidad monetaria beneficiaba a los que menos tenían, porque ella les permitía un fácil acceso a la canasta alimentaria. Si bien el desempleo –generado fundamentalmente por el achicamiento del sector público- era importante, resultaba relativamente sencillo conseguir trabajos informales.

Vaya un ejemplo: un vendedor de alfajores Guaymallén obtenía mensualmente unos 400/500 pesos-dólares, cuando un litro de leche costaba $ 0,27 y un kg. de milanesas $1,20. La relación es sencilla de calcular.

Que se entienda bien: no se trata de justificar lo actuado por aquel gobierno, sino de utilizar parámetros comparativos que no presentan mayores inconvenientes para ser cotejados y comprendidos y a su vez sopesarlos con los índices actuales de nivel de vida de acuerdo a las magnitudes ingresos-egresos de la ciudadanía.

De ese modo, es advertible a todas luces que el pseudoprogresismo de este gobierno hizo menos por los pobres y marginados y bastante más por los “concentradores de riquezas”, que lo realizado por Carlos Menem a lo largo de una década. Y eso ya es mucho decir.

Las provincias constituyen hoy un verdadero polvorín, con miles de nómadas en busca de techo y comida. Las inevitables oKupaciones sobrevendrán multitudinariamente en poco tiempo más, en tanto la Presidente Cristina Fernández seguirá creyendo que se trata, tan solo, de un operativo mediático.

A la droga, que ha calado en lo más profundo de nuestra juventud y hasta de nuestra niñez, el Gobierno Nacional la enfrenta con un discurso permisivo y liberador, con el único objetivo –negligente y criminal- de obtener votos. "Droga Para Todos" es el eslogan subliminal que los funcionarios de turno difunden; un planteo populista y mortal para gran parte de la población que carece de “resistencia” a semejantes propuestas porque se aprovechan de sus necesidades “adictivas”.

Como si no bastara, la corrupción estructural que ha enriquecido ilícitamente a funcionarios gubernamentales y adeptos (punteros políticos, periodistas, artistas, deportistas, legisladores, empresarios, jueces, etc.) se apropia de los recursos de trabajadores y jubilados. Para cuando despierten, será ya muy tarde.

Aquellos millones de compatriotas que no trabajan, ni pretenden hacerlo, gracias a las dádivas (subsidios) que perciben del Gobierno Nacional, son el claro ejemplo de una manera de hacer política que ha prostituído todo lo que ha emprendido.

Los milagros existen y ocurren, pero hay que ayudarlos. Cada uno de nosotros puede aportar a que el milagro se concrete el próximo domingo.

Como en aquella recordada epopeya de junio de 2009, la población silenciosa y harta generará su propio éxito.

Si Ud. recibe actualmente “algo” del Gobierno Nacional (un plan, una ayuda, electrodomésticos, un plato de comida, etc.) piense que le están comprando su voto a cambio de migajas.

Seguramente, obtendrá mucho más con un gobierno que realmente lo respete, que le devuelva su dignidad. Ud. no le debe nada a la Presidente Cristina Fernández de Kirchner, porque lo que le están daño es pura miseria y lo peor es que lo mantendrán en ese estado por el resto de su vida. Lo cierto es que "voto" le sale realmente barato.

Por ahora, siga recibiendo lo que le entregan. Guarde silencio y el domingo vote por otro candidato. Puede garantizarse que, con cualquier candidato opositor, la ciudadanía se encontrará mucho mejor que ahora.

Pero si el ciudadano opta por continuar con quien hoy lo esclaviza, jamás podrá liberarse. Continuará siendo esclavo hasta el fin de sus días.

Si, en cambio, Ud. es dirigente de una línea intermedia, reflexione que tanto Néstor Carlos Kirchner (Q.E.P.D.) como Cristina Fernández jamás practicaron la lealtad, a pesar de que siempre la han exigido. Así como han utilizado a miles, para luego reemplazarlos, ahora se presenta el caso de los jóvenes de La Cámpora, que no es otra cosa que una agencia de Empleo Público para parientes, amigos y conocidos.

La Presidente, al igual que su extinto cónyuge, jamás han sido peronistas. En el origen, crearon la “transversalidad” para hacer desaparecer las ideas justicialistas y hasta los emblemas partidarios.

Por estos días, han renegado del “peronismo de paladar negro” y del “sindicalismo histórico” y -sin vergüenza alguna- conformaron listas con personajes advenedizos.

Sr. dirigente: no es necesario que los enfrente ni que les haga saber de su indignación. Manténgase calmo y callado, muéstrese confiable y que crean que Ud. comparte sus proyectos. Pero el domingo venidero piense que no tendrá futuro si vota al cristinismo, por la sencilla razón de que Ud. no forma parte ni pertenecerá jamás esa “elite discriminadora” de su condición.

En cada provincia, en cada pueblo, cada uno de los votantes puede comenzar a escribir una historia diferente.

Pero no aquella que nos quiere imponer Cristina a través de su mendaz propaganda y el accionar “interesado” de encuestadores, que el lunes 15 de agosto deberán retirarse definitivamente a cuarteles de invierno.

Estamos a días de la última estación del camino que alguna vez llamé "El principio del fin".

Si existe coraje y convicción podremos hacer cierto ya no sólo el eslogan "Cristina ya perdió", sino una realidad mucho más esperanzadora: "Cristina se bajó".