Cuba, museo viviente: la comunidad internacional y el abandono cómplice de once millones de personas. Análisis y perspectivas
La demencial dictadura castrista -con Fidel y Raúl a la cabeza- ha logrado mantenerse en el poder gracias a un hábil manejo de la propaganda y la planificada explotación de un sinnúmero de mitos, que van desde el supuesto heroísmo de Ernesto "Che" Guevara de la Serna hasta la promocionada asistencia sanitaria "ejemplar". La fórmula se completa con la complicidad de la comunidad internacional, en la forma de inversiones realizadas en el sector turístico procedentes principalmente de España. Muy por debajo de los negocios y la estadística, asoman la desesperanza y la resignación de la psicológicamente vapuleada sociedad cubana, las verdaderas víctimas por las que nadie parece interesarse. Temas: Raúl Castro y Nikita Khruschev. La creación del aparato de inteligencia cubano y el tráfico de narcóticos. La riqueza de Fidel y las inversiones españolas en infraestructura turística. El verdadero estándar de vida de la sociedad cubana. El preponderante rol del Internet. Enfoques apropiados para promover a una denuncia efectiva de la dictadura y concretar su debilitamiento.
Inevitablemente, el tratamiento de la problemática cubana involucra aspectos tan complejos y abarcativos que se vuelve imposible resumirla en pocas líneas. No obstante, existe consenso generalizado a la hora de explicar el surgimiento de la Revolución, que cobró impulso a partir del alto grado de corrupción inherente al gobierno de Fulgencio Batista.
La abundante corruptela y el incremento de medidas de corte represiva terminaron por implosionar la popularidad del uniformado. Washington -que en gran medida contribuyó a su instalación- revió su posición de apoyo al cabo de pocos años y optó por facilitar de manera subrepticia el trabajo de Fidel Castro Ruz y sus asociados. La imagen internacional de los Estados Unidos de América había comenzado a verse contaminada por el "efecto contagio" y, en este escenario, mucho tuvo que ver la estrecha relación entre el propio Batista y los cabecillas de la mafia ítalo y judeoamericana. Este elemento del crimen organizado (Santo Trafficante, Frank Costello, Lucky Luciano y Meyer Lamsky, entre otros) había llegado a buen término con el gobierno cubano para la explotación de lucrativos negocios en la isla, tales como el juego y el turismo. En efecto, Cuba se había convertido en un gigantesco prostíbulo para los ciudadanos estadounidenses abrumados por las estrictas leyes de su país. Por otra parte, y a sabiendas de la política de laissez faire llevada adelante por el gobierno americano frente a las actividades de los "capos" y su permisividad exhibida para con el régimen, la sociedad cubana comenzó rápidamente a protestar contra el batistismo. Pero pocos cubanos se imaginaban que, en poco tiempo, iban a toparse con una pesadilla insanablemente peor.
Los comienzos de la Revolución. Medidas
En su gestación -y aunque ello se desmienta públicamente-, la Revolución contó con un muy disimulado beneplácito estadounidense. La influencia y la penetración del mensaje revolucionario cobró vigor a partir del enorme descontento con Batista y del alto grado de desmoralización del ejército. Sin embargo, Washington jamás llegó a contextualizar debidamente estas variables, como tampoco sospechó de la agenda secreta de Fidel Castro Ruz y Raúl. En el norte, el complejo militar-industrial y sus figuras políticas asociadas jamás hubieran creído que un territorio localizado apenas a cien kilómetros del estado de la Florida se hubiera atrevido a tomar un camino diferente del capitalismo. Al poco tiempo de capturar La Habana, los revolucionarios echaron mano de un compendio de medidas drásticas, que justificaron bajo el argumento de ordenar la nación. Entre esas iniciativas, destacaban:
* La suspensión de la Constitución de 1940, que garantizaba derechos individuales fundamentales para el pueblo cubano. El objetivo pasó a ser gobernar a través de decretos.
* La estatización compulsiva de todos los emprendimientos originados en el sector privado
* El control minucioso de la totalidad del material difundido a través de medios de prensa
* La eliminación física de un aproximado de seiscientos partidarios del anterior régimen, y el encarcelamiento de cien mil opositores a los lineamientos programáticos marxistas-leninistas de la Revolución
* El cierre de la totalidad de los colegios religiosos y la inmediata expulsión de los representantes de la Iglesia Católica en la isla
* La abolición de los partidos políticos
* La eliminación de la propiedad privada y la consecuente confiscación de la totalidad de las corporaciones y propiedades pertenecientes a extranjeros, sin que mediara compensación alguna. Se estimó en su oportunidad que la valuación de propiedades y activos norteamericanos confiscados se elevó a la cifra de seis mil millones de dólares
La nueva agenda de Fidel y sus partisanos tomó por sorpresa al gobierno de los Estados Unidos, y el episodio pasó a contabilizarse como uno de los fiascos más notables de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), incapaz de prever la orientación del nuevo gobierno de Cuba. Castro Ruz (quien había prometido permanecer poco tiempo al frente del gobierno y renegaba inicialmente del comunismo) asumió la suma del poder público en La Habana y, comprendiendo la magnitud de la escasez de recursos del país para generar divisas, decidió solicitar apoyo financiero a Moscú. Pocos años más tarde, la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas enviaba a Cuba remesas cuyas cifras anuales superaban los cinco mil millones de dólares.
En canales tradicionales, no suele hacerse mención a los reiterados disensos entre Castro, Huber Matos Benítez y Camilo Cienfuegos. Estos dos últimos renegaban de la adopción del sistema marxista-leninista, y las consecuencias de ese disenso son bien conocidas: Matos fue puesto en prisión por orden de Castro, siendo acusado de complicidad con la CIA y la incipiente disidencia. Camilo Cienfuegos Gorriarán fue dado por muerto al nunca volverse a ver el avión Cessna 310 que lo había llevado en vuelo desde Camagüey hacia La Habana. Aún cuando Cienfuegos apoyara la detención de Matos, sus diferencias con el pensamiento de Castro Ruz continúan siendo motivo de polémica al día de hoy, al tiempo que se han esbozado un sinnúmero de teorías respecto de la desaparición de su aeronave. En cualquier caso, el camino para Guevara de la Serna y Fidel se veía despejado: Cuba ingresaba definitivamente en el camino represivo y deshumanizante del marxismo-leninismo, en la forma de una despiadada dictadura. En los albores de la Revolución, también ingresan atropelladamente al anecdotario los acalorados contrapuntos entre el "Che" y Castro, a la hora de definir medidas de gobierno y de dirigir los rumbos del régimen. Destaca, por ejemplo, la poco explorada iniciativa de Guevara de la Serna para consolidar una relación estrecha con la República Popular China. La respuesta de Fidel era lógica: tal empresa era imposible, en virtud de que el comunismo de corte maoísta y el marxismo-leninismo fueron siempre esencialmente diferentes. Era demasiado pedirle a Guevara que comprendiera ese postulado fundamental, en virtud de su limitada formación cultural. El maoísmo era el verdadero enemigo de la U.R.S.S. De hecho, durante el gobierno de Richard Nixon, existieron planes bélicos conjuntos entre Moscú y Washington que involucraban un ataque con cargas nucleares contra el norte de China. El plan sería abandonado luego, en virtud de que un puñado de científicos norteamericanos advirtiera que la lluvia radiactiva hubiera terminado envenenando a la población del Japón en su totalidad, y con ella, a los militares estadounidenses estacionados en bases en territorio nipón. De cualquier forma, Castro tampoco estuvo exento de cometer gruesos errores en materia de interpretación. A pesar de su elevada capacidad intelectual, llegó a recomendar vehementemente a Nikita Kruschev -en oportunidad de una visita a Moscú- que no dudara en atacar con su arsenal atómico al territorio continental de los Estados Unidos de América. Tal eventualidad hubiese significado la vaporización completa de Cuba y su población, variable que el propio Fidel llegó a considerar como "daño colateral": era necesario "inmolarse" por la causa. Esta recomendación sirvió a los efectos de que el hoy octogenario dictador inscribiera su nombre con grandes letras en el listado de los mayores carniceros de la historia. En este sentido, sobra argumento para ilustrar que Castro Ruz también exhibía graves falencias a la hora de interpretar en profundidad el alcance de las relaciones entre Estados Unidos y la U.R.S.S. [o la actual Rusia]: el llamado conflicto de los misiles cubanos jamás estuvo llamado a escalar efectivamente hacia un intercambio nuclear. Aquel escenario no era otra cosa que una variante cercana a lo lúdico, derivada del reparto de poder entre las grandes potencias. La visión castrista tampoco consideraba los innumerables ejemplos de cooperación entre la CIA y la KGB [actual FSB, Servicio de Seguridad Federal] y el PGU [servicio de seguridad exterior, hoy GRU], que por momentos han superado lo maquiavélico y que supieron verse coloreados por ribetes tan medulosos como incomprensibles.
El "Che"
El caso de Ernesto Guevara de la Serna es apasionante, toda vez que se lo encuadre dentro del análisis de las teorías relativas a la propaganda y la construcción, magnificación y exacerbación de mitos. Sin haber completado sus estudios en Medicina en la Argentina, abandonó rápidamente el país para recorrer Latinoamérica. Las cartas manuscritas remitidas por él mismo a su madre revelan una personalidad violenta, un furioso racismo y una extrema y bamboleante estabilidad emocional. En aquellas misivas se expresaba sin prejuicio y con indisimulado y rabioso desprecio por aborígenes y homosexuales. De hecho, el régimen castrista destinaba a estos últimos a lúgubres campos de concentración y trabajos forzados, en función de que constituían un peligro para la integridad de la Revolución Cubana. Guevara de la Serna no solo participaba activamente de juicios sumariales en la isla: en incontables oportunidades supo tirar del gatillo en persona. Muchas veces, para ultimar a partidarios del gobierno que no respetaban la cadena de mando.
Su trágico final en la espesura boliviana también ha arrojado abundante tela para cortar. Si bien no existen pruebas al respecto de que el propio Fidel Castro encomendó su eliminación, lo cierto es que el líder aportó todo lo necesario para que su deceso finalmente tuviera lugar: el "Che" se había convertido en una amenaza, precisamente por su fanatismo. Ya en Bolivia, aún existe polémica al respecto de si verdaderamente fue el ciudadano francés Regis Debray quien informó a la CIA -o bien al ejército boliviano- sobre su paradero exacto. La historia refleja que Debray -defensor intelectual de la Revolución- exhibía una fuerte amistad con Castro Ruz. El europeo se las "ingenió" para acompañar a Guevara en la excursión en territorio boliviano, simulando la necesidad de reportar periodísticamente el comienzo del sendero revolucionario en la América del Sur. Finalmente, logró el permiso del argentino para abandonar al grupo y su campamento. Prosigue el relato con la sospecha de que Regis Debray comentó en otros canales sobre la presencia de Guevara en Bolivia, y así es como sus verdugos terminan dando con él. Al menos, tal es la línea investigativa sobre la que montaron su trabajo los suecos Erik Gadini y Traik Saleh. Todo parece indicar que Ciro Bustos no fue el verdadero "marcador" del "Che".
Como fuere, la tragedia de Ernesto Guevara de la Serna no queda relegada solamente a los eventos relacionados con su muerte. Es justo declamar que su final ha sido bastante más triste, en virtud de que su imagen ha acabado como mero material de merchandising, en la forma de camisetas, llaveros y otros productos comerciables.
Si bien muchos rescatan su legado (aquel que pregona acerca de la necesidad de jamás traicionar las propias convicciones), lo concreto es que tales convicciones pueden conducir a cualquiera a un estado de supina alienación, y condenarlo a morir en el intento. El autor argentino Nicolás Márquez ha escrito una obra notable, abundante en crudeza, en donde se ilustran con claridad los eventos vinculados al "Che" en vida (El Canalla, La Verdadera Historia de "El Che").
El rol de Raúl Castro, verdadero arquitecto del sistema. Inteligencia, contrainteligencia y contrabando de drogas. El apoyo de Nikita Kruschev al régimen cubano
Generalmente, se atribuye a Fidel Castro Ruz la autoría de la frase "Las drogas pueden hacer más daño al capitalismo que las armas nucleares, porque pueden erosionarlo desde adentro", y tal atribución no resulta errónea. Sin embargo, ha sido Nikita Sergeyevich Khrushchev (premier de la U.R.S.S. de 1958 a 1964) el verdadero ideólogo de la estrategia, cuando en su oportunidad sugirió en el Kremlin que los movimientos clandestinos de extracción marxista en todo el mundo debían autofinanciarse a partir de los "vicios de Occidente". El contexto histórico resulta apropiado, a los efectos de explicar el crecimiento del narcotráfico desde una perspectiva global. Pero también porque, desde ese momento, el contrabando de substancias comienza a ser un protagonista obligado en prácticamente todo conflicto bélico de importancia, aunque detrás del telón. Este enfoque podría tildarse de reduccionista, sino fuera porque el comercio de drogas ilegales moviliza un aproximado de setecientos mil millones de dólares anuales. Sobran, pues, argumentos para dinamitar la mentira que se oculta detrás de aquellos líderes y funcionarios que declaman que la guerra contra las drogas se puede "ganar".
En cualquier caso, mientras los expertos internacionales se muestran distraídos concentrando su atención sobre los vicios y la mala salud de Fidel, se elude referir que es Raúl Castro -su hermano- es en realidad el verdadero catalizador de la dinámica de la revolución cubana. Tal vez quien mejor ha contribuído a desnudar la personalidad y verdaderos objetivos del mencionado, es Ion Mihai Pacepa, el oficial de inteligencia de mayor rango que ha logrado desertar a Occidente. Pacepa es rumano de nacimiento, y fue el jefe de la policía secreta de Rumanía (Securitate o DSE, Departamento de Seguridad del Estado). Con sus propias palabras, contabiliza cada oportunidad en que se reunió personalmente con Raúl Castro en Moscú, La Habana y Bucarest. El dato no es menor, dado que Pacepa se ocupó personalmente de triangular y organizar fondos provenientes del tráfico de drogas en cuentas bancarias pertenecientes a Nicolae Ceaucescu, el tristemente célebre dictador y carnicero de los Cárpatos. El ex oficial de inteligencia relata cómo Raúl Castro fue presentado ante Nikita Khruschev por el general Alexander Sakharovsky, creador de la estructura de espionaje de la Rumanía comunista. El hermano de Fidel llegó a hacer estupendas migas con el entonces premier soviético. Khruschev, en buen término, ordenó que le fuera asignado a Castro un asesor de primera línea, proveniente de la órbita de la KGB. El rol de albacea le sería finalmente encomendado a Nicolai Leonov, en su oportunidad experto en América Latina del PGU (Pervoye Glavnoye Upravleniye), el servicio de inteligencia exterior de la U.R.S.S. Gracias a los buenos oficios de Leonov, a Raúl Castro le fue posible contar con información de inteligencia, relativa a los movimientos de tropas y de recepción de armamento de Fulgencio Batista. Gracias a aquellos valiosos datos, los hermanos Castro y su vanguardia paramilitar contaron con más opciones sobre el terreno y, en 1958, sus guerrilleros revolucionarios capturaron a un aproximado de cincuenta ciudadanos canadienses y norteamericanos que desempeñaban distintos trabajos en la isla. Como consecuencia de ese acto, Batista decretó un cese del fuego, que fue aprovechado por los revolucionarios para ingresar importantes volúmenes de armamento soviético y así tornar en su favor el pantanoso escenario bélico. La toma de rehenes también sirvió para congelar la ayuda que el gobierno cubano recibía de la Administración de Ike Eisenhower. El éxito de la Revolución estaba asegurado: los Castro tomaron la conducción efectiva del país. Mientras Fidel brindaba los discursos y se construía su imagen de hombre fuerte del régimen, Raúl dirigía la economía cubana, ordenaba su política exterior, su comercio, su sistema judicial -cárceles incluídas- y su turismo, incluyendo hoteles y playas. Con la expropiación de bienes, la nueva nomenclatura se hacía de las propiedades más lujosas de las autoexiliadas clases altas, entre las que se contaban también edificios pertenecientes a embajadas y consulados extranjeros. Raúl -junto a Ernesto Guevara- organizó personalmente la ejecución sumaria de cientos de oficiales de la policía y el ejército de Batista. Los cuerpos terminaron siendo enterrados en las afueras de la ciudad de Santiago de Cuba.
Ya en 1959, el viceprimer ministro soviético Anastas Mikoyan llegó a La Habana, siendo recibido por Fidel, Raúl y el flamante asesor llegado de la KGB, Alexander Shitov [alias de Alexei Alekseyev; Shitov se desempeñaría también como asesor de inteligencia del gobierno del chileno Salvador Allende, en 1971]. Pero la misión del enviado de la U.R.S.S. a Cuba tenía una misión claramente delineada: asistir a Raúl Castro en sus objetivos de crear una "KGB cubana" y un ejército al estilo soviético. En 1962, Shitov se convertiría en el embajador soviético en Cuba. Apenas producida su llegada, comenzó la construcción en la isla de bases de misiles con capacidad de portar ojivas nucleares. Fue en 1971, durante una visita oficial del propio dictador rumano Ceaucesco a La Habana, que se consensuó con cubanos y soviéticos la creación de estructuras financieras basadas en el tráfico de drogas. La meta era contar con ese financiamiento para dotar de recursos a los movimientos guerrilleros en América Latina. Los conflictos en la región se agudizarían con el transcurso de los años, gracias a la asistencia brindada por la DGI cubana (Dirección General de Inteligencia), que los soviéticos habían ayudado a desarrollar. En América Central cobraron vigor organizaciones como el Sandinismo (Nicaragua) y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional o FMLN (El Salvador). También gracias a la ayuda de La Habana, cobró relevancia regional la narcoguerrilla de las FARC colombianas. Inicialmente, la motivación de este grupo clandestino conllevaba claros fines ideológicos, pero con el tiempo se reorientó hacia la protección de rutas para traficantes de estupefacientes: la fraseología y la verborragia comenzaron a reciclarse para disimular el nuevo objetivo. El largo brazo de los cubanos llegó hasta Angola, donde dinero originado en el tráfico de drogas y un importante aporte de tropas y armamento cubanosoviético contribuyó a la desestabilización de la nación africana, para que el MPLA (Movimento Popular de Libertação de Angola) llegase al poder.
A mediados de 2007, el agente de la DIA (Agencia de Inteligencia de Defensa, EE.UU.) Scott Carmichael reveló -durante una presentación en Washington- que la red de espionaje internacional de Cuba "es una de las más inteligentes y capaces que se hayan creado en el mundo". Advirtió que esa red tiene un objetivo específico: los Estados Unidos de América. Las afirmaciones de Carmichael no fueron casuales: remiten al conocido caso de la espía del gobierno de La Habana Ana Belén Montes quien -en su rol de analista de la DIA- remitió informes a la DGI durante años. Fue capturada por agentes del FBI una semana después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, ante el temor de que pudiera filtrar información relativa a la campaña estadounidense por ejecutarse luego en Afganistán. El affaire Montes constituye la punta del iceberg de la compleja y bien aceitada red de infiltración que el gobierno cubano ha sabido construir, para dolor de cabeza de Washington.
Asimismo, Scott Carmichael revela cómo la estructura del espionaje de la isla caribeña comparte secretos de alto nivel con sus contrapartes en Venezuela, Siria e Irán. Precisamente, las quejas que oportunamente han interpuesto altos oficiales del ejército venezolano arrojan luz sobre la manera en que los cubanos han cooptado la totalidad del espectro decisional de la inteligencia en la cúspide del régimen chavista. El entramado opera de la siguiente manera: los créditos que la República Bolivariana ha otorgado a Cuba son cancelados por la vía del trueque: La Habana compensa aquellos empréstitos remitiendo ayuda médica, asistencia social y asesoría militar. Poco a poco, oficiales cubanos bien entrenados en explotar esa cubierta "asistencial" se adhieren al poder de Caracas y terminan por regentearlo a piacere.
Carmichael remata su trabajo de investigación -que se detalle en su libro "True Believer"- con una sentencia cuando menos alarmista: "Para ellos [los cubanos], nosotros representamos una amenaza para su propia existencia, por lo cual no les queda otra opción que infiltrar agentes en el gobierno o reclutar activos entre personal que ya trabaja para el gobierno".
El inexplicable origen de la riqueza de Fidel
Durante 2005, Fidel Castro montó en cólera luego de tomar conocimiento de una publicación de la revista norteamericana Forbes, que contabilizaba su fortuna dentro de las más elevadas del planeta, acercándola a los quinientos millones de dólares. La cifra sería actualizada posteriormente, para ser situada en torno de los novecientos millones en moneda estadounidense.
El origen de aquella fortuna dio lugar a un sinnúmero de análisis e interpretaciones. Con el colapso de la Unión Soviética y el aterrizaje forzoso de la Guerra Fría -por llamarlo de alguna manera-, los miles de millones de dólares que el otrora "Imperio del Mal" giraba anualmente al régimen castrista se evaporaron. Cuba solo exhibe valor a partir de una situación geopolítica de importancia, pero carece de una economía capaz de generar divisas y crear valor. Hoy se conoce, por ejemplo, que prácticamente la totalidad del tabaco utilizado para la fabricación de los popularmente mundiales "puros" proviene del exterior. Siendo que la economía cubana es ostensiblemente pobre, al tiempo que La Habana acumula importantes deudas con otras naciones de la región y España en concepto de créditos otorgados, ¿cómo se explican los orígenes "en blanco" de la monumental fortuna personal que Fidel supo acumular?
Aquella concentración de fondos ciertamente no podría haberse logrado merced a la sociedad por partes iguales entre la dictadura y los españoles de Sol Meliá, pues la firma presidida por Gabriel Escarrer arribó recién en 1990, en tanto que la inversión total acumulada declarada para emprendimientos hoteleros no supera los quinientos millones de dólares. Y, ciertamente, aún resta corroborar información que acerque detalles sobre las cuentas de Raúl.
Todo este compendio de datos valiosos sirve también para demoler el supuesto perjuicio que el mal llamado "bloqueo económico" impuesto por los Estados Unidos de América conlleva para los cubanos. ¿Es posible sostener esa declamación cuando la pobreza y la miseria de los ciudadanos de la isla trasciende, por lejos, el límite de lo tolerable? Una conclusión ineludible es que el gobierno español y Sol Meliá -entre otros- son cómplices necesarios del genocidio cubano y de las actividades clandestinas de los hermanos Castro. Aunque -lícito es decirlo- se comprende que ni Aznar ni Rodríguez Zapatero jamás hayan podido hacer mucho, por cuanto la cadena hotelera bajo análisis es parte del establishment español del que también forman parte Repsol y Telefónica. Por ello, tampoco sorprende encontrar a César Alierta entre los grandes nombres que han pasado por los inicios de la conformación del grupo Sol Meliá.
El verdadero estándar de vida de la sociedad cubana
Mucho se ha comentado sobre el supuestamente ejemplar estilo de vida de los cubanos desde el surgimiento de la Revolución pero, a la larga, esta promoción ha probado tener su origen en los continuos esfuerzos de propaganda que emanan del aparato castrista. Mientras el turismo extranjero es cuidadosamente "dirigido" por los encargados del régimen para que aquel solo sea testigo de aquello que el gobierno considera conveniente, lo cierto es que cualquier visitante que se atreva a explorar la verdadera Habana se encontrará con un panorama francamente desolador. En la famosa rambla de la ciudad, siempre será posible ver a cientos de cubanos montando una suerte de guardia, dispuestos a capturar la atención de turistas que puedan obsequiarles prendas de vestir, dinero o víveres. Por supuesto, otros se las arreglan para ofrecer prostitución e incluso drogas. Como corolario, se ha propuesto que el mismísimo gobierno cubano fomenta la actividad de las denominadas "jineteras" (prostitutas) y la mismísima comercialización de narcóticos. Este último factor se ha convertido en un problema endémico en la isla, y es común ver a la policía local ejecutar en la calle y a plena luz del día a traficantes: no faltan aquellos que sugieren que el estado no cede un ápice a la hora de eliminar a la competencia.
El escenario es comprensible, en virtud de que el salario promedio del cubano no supera los doce o diecisiete dólares estadounidenses mensuales. En tal esquema, se vuelve necesario tratar el tema de las tristemente célebres "libretas de racionamiento", en donde el ciudadano cubano ve anotado su consumo de alimentos y artículos esenciales para la vida. Por cierto,todo aquello que pueden obtener a través de esa herramienta observa una calidad ínfima, con precios unitarios cada vez más crecientes. Desde luego que existe un mercado negro para artículos de primera necesidad pero, en estos casos, el costo de adquisición por ítem es notablemente superior que los que se inscriben en las libretas. No constituye sorpresa, finalmente, que los cubanos que cualquier turista pueda tratar a lo largo de su estadía en La Habana se caractericen por sus miradas perdidas y una psiquis virtualmente demolida. Son como autómatas que deambulan pesadamente por un paraje en cabal estado de abandono.
Para empeorar aún más la situación, el observador podrá notar que prácticamente nadie se atreve a criticar al régimen castrista: si Usted es denunciado por referirse en malos términos a algún integrante de la nomenclatura, es pasible de sufrir penas de prisión de cumplimiento inmediato. Sucede que en Cuba, hasta las paredes oyen. Y son incontables los casos de parientes que han delatado a sus propios familiares. En este punto, se vuelve necesario mencionar los ejemplos de individuos que desaparecen para jamás volver a ser vistos.
La prestación de servicios de salud también es una variable ampliamente contaminada por la eficiente maquinaria de propaganda castrista. También como consecuencia de la desaparición de la ex Unión Soviética, el régimen ha visto decaer el flujo de divisas que supo sostener el sistema. La respuesta que las autoridades han encontrado para este obstáculo es el fomento del turismo extranjero para atender sus necesidades y cuidados en la isla, en desmedro de la atención que recibe la población local. Para la nomenclatura, los ingresos de divisas provenientes de este aprovechamiento son indispensables: lo mejor del personal sanitario y la poca tecnología disponible para el rubro se pone a disposición de visitantes foráneos, que abonan elevadas sumas en euros o dólares para ser admitidos. Por otra parte, distintos trabajos reflejan la consabidamente baja calidad de los servicios recibidos por los residentes locales: farmacias vacías de medicinas, y establecimientos hospitalarios en las peores condiciones son moneda corriente. A este respecto, es interesante tomar nota del bien logrado trabajo de investigación realizado por documentalistas peruanos, intitulado "Cuba y los Elefantes". Este puede ser repasado por porciones en el canal de videos en Internet You Tube (http://youtu.be/EzrwKPQPuT8). El documental también se ocupa de revelar el notable estilo de vida del que disfrutan los hijos del régimen: ellos cuentan con farmacias bien provistas, vehículos importados y frecuentan bares y restaurantes que cuentan con todo aquello que la sociedad cubana en su conjunto desconoce.
La Doctora Hilda Molina supo ser no solo médica personal de Fidel Castro, sino también directora del célebre Centro Internacional de Restauración Neurológica de la isla, que hoy concentra su atención en servicios para recuperación de ciudadanos extranjeros. La profesional del rubro -quien hace pocos meses disertó en la Ciudad de Buenos Aires en un evento organizado por la fundación HACER (http://www.hacer.org/) describe a Fidel Castro como una persona brillante, aunque resalta que "Fue gracias a su aguda inteligencia que ha logrado permanecer en la cúspide del poder por tantos años". Por otra parte, no ahorra conceptos a la hora de describir el resentimiento y la envidia que caracterizan al dictador. "Fidel Castro es la persona que nos ha robado el alma y la consciencia a los cubanos. Pero no hay que confundirse: su ideología es él mismo".
Los conceptos de Molina observan interés, por cuanto -gracias a los contactos frecuentes que supo tener con importantes miembros del Partido Comunista y la nomenclatura- arrojan detalles sobre la envidia y las incontables peleas internas que se han constatado entre las principales figuras del régimen: de lo que se trata es de "quedar bien" con Fidel Castro Ruz. La Doctora Molina también se ha ocupado de describir la punzante realidad del personal médico que se desempeña en la isla que, explotado y mal remunerado, se ve obligado a trabajar a base de altas dosis de metanfetaminas para poder lidiar con la presión y las pésimas condiciones que hacen a su faena diaria.
Hilda Molina -quien logró autoexiliarse hace pocos años- describe con finas palabras la situación de la población local en general: "Los cubanos hemos sido sometidos a un largo proceso de extorsión psicológica en masa y pulverización de la autoestima. Todo ese proceso ha traído como consecuencia un quebranto de la esencia de la persona humana. La drogadicción, el alcoholismo y la prostitución son problemáticas endémicas en el país. La tasa de suicidios se ha disparado de manera preocupante en los últimos años. La única solución es huir. Para el mundo, Cuba es una suerte de enorme museo viviente". En tales afirmaciones se explican las razones de la aparente "quietud" de los cubanos a la hora de intentar promover un cambio efectivo en la dirigencia que los oprime.
Expertos coinciden en que los aparentes "cambios" que la dictadura castrista ha comenzado a promocionar en la persona de Raúl no son más que variables de distracción para la opinión pública mundial. El hermano de Fidel Castro Ruz ha desarrollado un plan para presentar una imagen falsamente conciliadora de su persona, cuando en realidad se conocen los vericuetos y lóbregos caracteres que hacen a su verdadera personalidad represiva e inhumana. Vale la pena retrotraerse a un extracto de un artículo relativamente reciente de Ion Mihai Pacepa -anteriormente citado ex titular de la Securitate rumana-, y que remite a las operaciones mediáticas involucradas para "abrir el paraguas" frente a la delicada salud de Fidel:
"Nadie tiene un cuadro claro sobre la salud de Fidel Castro Ruz -física o política-, ni dentro ni fuera de la isla. Sin embargo, está sucediendo algo que Raúl perfectamente pudo aprender de sus maestros en la KGB. Leonid Brezhnev [ex premier soviético] falleció el 10 de diciembre de 1982, pero el presidente de la KGB, Yuri Andropov, mantuvo en secreto su muerte durante varios días para ganar tiempo y consolidarse en el poder. Una vez en la jefatura del Kremlin, el cínico Andropov se apresuró a presentarse ante Occidente como un comunista moderado, un hombre sensible y cálido que supuestamente echaba mano de un ocasional trago de scotch, que gustaba leer novelas en inglés y que disfrutaba escuchar jazz americano. Todo era mentira. Puede que Raúl Castro trate de presentarse como un reformista y un pacifista, pero la era del secreto de Andropov ya ha pasado. Espero que otros que conocen a Raúl tan bien como yo conocía a Nicolae Ceaucescu den un paso al frente, lo desnuden políticamente y se lo muestren al mundo tal como realmente es: como un asesino y un terrorista internacional que ha hecho una inmensa fortuna traficando con armas, drogas y seres humanos".
En cualquier caso, Pacepa muy probablemente no haya llegado a tomar conocimiento de un nuevo dato, a saber, que Alejandro Castro Espín -hijo de Raúl- está siendo entrenado por su padre actualmente, con el objetivo de convertirse -el día de mañana- en heredero y continuador de la Revolución. Gran parte de ese "entrenamiento" le está siendo provisto en el exterior, incluyendo un paso obligado por prestigiosas universidades del Viejo Continente.
La oposición al régimen cubano. El rol del Internet
Dados la naturaleza y el alcance del largo brazo del espionaje cubano, los grupos de oposición locales han visto coartadas sus posibilidades de expresión. Las marchas pacíficas protagonizadas por las "Damas de Blanco" y la difusión del lamentable estado de salud de los prisioneros políticos de la isla han servido para exponer con contundencia las violaciones sistemáticas en perjuicio de los derechos humanos de la sociedad de Cuba.
Con todo, son las nuevas tecnologías como el Internet y las redes sociales las herramientas que la sociedad local ha sabido explotar con mayor profundidad, siempre con la meta de hacer público su estado de situación ante el resto del mundo. La blogger Yoani Sánchez se ha convertido en la principal referente a lo largo de los últimos años. Desde su espacio de opinión Generación Y (http://www.desdecuba.com/generacionY), ha publicado un interesante compendio de artículos y opiniones en donde se reflejan cabalmente las privaciones que hacen a la cotideaneidad del cubano promedio. Este material ha llegado a prácticamente todo el globo, e incluso ha hecho a Sánchez merecedora del premio Ortega y Gasset para el periodismo digital. En la actualidad, la responsable de Generación Y sufre no solo de una limitada persecución por parte del régimen (limitada, por cuanto ha adquirido cierta notoriedad), sino que también le es impedido trasladarse hacia el exterior para recibir reconocimientos o bien participar de congresos internacionales. La decisión es comprensible, en función de que ellla misma representa una suerte de talón de Aquiles del castrismo: su voz debe ser reprimida a cualquier precio. El ejemplo de los blogueros cubanos (agrupados en la web http://www.desdecuba.com/) es interesante desde el análisis sociológico. La razón es que su esfuerzo ha contribuído notablemente a demoler la propaganda que el régimen cubano imprime a los extranjeros que visitan la isla en calidad de turistas. La avanzada libertaria de los cubanos en el Internet ha permitido horadar la estrategia comunicacional del gobierno de La Habana, con grandes resultados. En este sentido, gana en lógica la iniciativa oficial por limitar el acceso a la autopista de la información para reducir las "pérdidas". Mientras el uso de redes ilegales en el país se castiga con prisión efectiva, el turismo debe abonar no menos de siete dólares por cada treinta minutos de conexión a la Red. Y, en todos los casos, la velocidad es extremadamente lenta.
La escasa tecnología informática disponible, como es obvio, se encuentra en manos del castrismo, que periódicamente hace uso de ella con el objetivo de dar de baja a los espacios de opinión contrarios a sus objetivos de propaganda. Cualquier plan a largo plazo que tenga por meta la demolición del castrismo por la vía del Internet en la forma que se ha visto en las naciones musulmanas caerá por su propio peso, pues existen diferencias esenciales a la hora de comparar ambos escenarios. Mientras que en los países árabes en los que actualmente se observa agitación social la conexión al Internet ya existía previamente y se encontraba a mano del ciudadano promedio, el régimen cubano se ha preocupado por regular su crecimiento desde el principio, concentrándolo. En casos como Egipto, el gobierno solo recurrió a la interrupción de los servicios de conexión a la Red y la telefonía celular una vez que los mensajes opositores se desparramaron. Contrariamente, en la Cuba de Fidel y Raúl Castro jamás se han dado las condiciones para el crecimiento exponencial o geométrico de las comunicaciones antigobierno: el caldo de cultivo nunca tuvo oportunidad de ser preparado. En conclusión, cualquier esfuerzo destinado a minar las capacidades de respuesta del gobierno de La Habana no puede ser iniciado desde dentro del país, pues estará siempre condenado al olvido. En todo caso, toda iniciativa que persiga ese objetivo deberá iniciarse desde el exterior, de tal suerte que la calidad y la redundancia en los mensajes opositores confluyan -cual líneas oblicuas- hasta el punto en que tomen contacto con el trabajo realizado desde dentro de la propia isla. Considerando que ya nos encontramos transitando el sendero de las guerras de la información, el escenario cubano se esgrime como un paradigma, en vista de sus características únicas en el terreno comunicacional. Por desgracia, los intentos del llamado anticastrismo solo han sido útiles para fortalecer la estrategia del régimen. El approach cubano impone criterios programáticos estrictos, con objetivos definidos no de manera lineal sino basados en la adaptación permanente. Precisamente lo opuesto a lo que los opositores al gobierno han venido haciendo hasta el momento.
El gobierno de los Estados Unidos de América tampoco ha cosechado logros en medio de aquel esfuerzo: Washington ha participado con modos tibios -careciendo de verdadero compromiso- y convirtiéndose, a la vez, en parte del problema. En un futuro esquema de demolición de la aparente buena salud de la dictadura castrista, todos y cada uno de los protagonistas deberán coordinar esfuerzos para no dilapidar los activos disponibles. Por sobre todo, habrá que tener en cuenta que la meta jamás deberá apartarse del objetivo definitivo, esto es, un cambio real de gobierno en la isla para que sus once millones de habitantes puedan acercarse -de una vez por todas- a un auténtico estado de bienestar.
La prerrogativa aplicable para todos los casos es tener presente que los hermanos Castro han sido brillantes a la hora de disfrazar su debilidad para tornarla en una aparentemente imbatible fortaleza. Ellos han comprendido mejor que nadie, que la mejor defensa consiste siempre en un buen ataque. Con respecto a Internet y las redes sociales, estas herramientas continúan representando una debilidad clave para los autoencumbrados referentes del régimen: con todas las dificultades que se presentan para difundir su utilización en la isla, la rapidez inherente a tales tecnologías escapa incluso a las posibilidades de renovación de material de que dispone el gobierno de La Habana. Solo sinergizando los esfuerzos destinados a asistir a la población local para que cuente con más medios y el entrenamiento para operar, con programas dirigidos desde el exterior y una dosis contundente de presión internacional, se podrá alcanzar -el día de mañana- resultados concretos y medianamente aceptables.
Para terminar, y echando mano de una referencia más cercana a lo estrictamente deontológico, viene al caso recurrir a una afirmación hecha por el reconocido Abogado y Filósofo Armando Ribas -ciudadano cubano que huyera de Cuba pocos meses antes del derrocamiento de Fulgencio Batista, y que actualmente reside en nuestro país- al autor del presente artículo: "El problema cubano no es importante solo por lo que Cuba representa en sí misma; lo es en función de que es el típico caso en donde los ciudadanos de cualquier país dan por sentados una serie de derechos que luego pierden. El proceso que se encuentra en marcha en la Venezuela de Hugo Chávez Frías podría perfectamente reproducirse en la Argentina. Es en virtud de ello que es de vital importancia prestar la debida atención a la pérdida gradual de las libertades individuales".
Por Matías E. Ruiz, Editor
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Es Analista en Medios de Comunicación Social y Licenciado en Publicidad. Es Editor y Director de El Ojo Digital desde 2005.