La errada política del Presidente Obama: presionar a Israel en vez de Irán
La administración Obama, aún aferrada a su fracasada política de acercamiento a Irán, está presionando públicamente a Israel para que no lance un ataque en defensa propia contra la infraestructura nuclear de Irán...
La administración Obama, aún aferrada a su fracasada política de acercamiento a Irán, está presionando públicamente a Israel para que no lance un ataque en defensa propia contra la infraestructura nuclear de Irán. La amonestación pública a un cercano aliado es un grave error que puede ser contraproducente al aliviar la presión sobre Irán y, en última instancia, al aumentar las posibilidades de una guerra.
En una entrevista dada este domingo en la CNN, el general Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto, dijo que oficiales de Estados Unidos había advertido a Israel de que un ataque inmediato sería “prematuro” y contraproducente. Dijo que los americanos no están convencidos de que Teherán haya decidido buscar armas nucleares y que las sanciones están empezando a surtir efecto: ”Sobre esa base, creo que sería prematuro decidir exclusivamente de que nos había llegado la hora de una opción militar”. El general Dempsey dijo que confía en que los israelíes “comprendan nuestra preocupación, que un ataque en este momento sería desestabilizante y no lograría alcanzar sus objetivos a largo plazo”.
Ese mensaje es probable que sea bien recibido en Teherán, donde probable mente reducirá la presión sobre el atrevido régimen iraní para que detenga su programa de armas nucleares. Esta advertencia sugiere que la administración Obama está más preocupada por evitar un ataque israelí que por evitar que Irán tenga capacidad nuclear, como señaló ayer en un editorial el periódico The Wall Street Journal.
Las sanciones han impuesto un precio cada vez más caro al hostil régimen de Irán por continuar con su peligrosa política. Sin embargo, las sanciones por sí solas probablemente no altere de manera decisiva los planes nucleares de Teherán como tampoco detuvieron los planes nucleares de Corea del Norte. Parece ser que hasta cargos de la administración Obama reconocen este hecho.
Sólo sanciones respaldadas por la amenaza creíble del uso de la fuerza probablemente lograrán disuadir a Teherán de continuar su camino nuclear. De hecho, Irán congeló su programa nuclear en 2003 después de que la administración Bush presentara una amenaza creíble con la invasión de Irak y al derrocar a Saddam Hussein cuando este no cumplió con sus obligaciones de destruir sus prohibidos misiles y programas de armas de destrucción masiva. El entonces líder libio Muamar Gadafi también renunció a su programa de armas nucleares y químicas cuando pensó que él podría ser el próximo objetivo.
Pero la administración Obama ha preferido el acercamiento al régimen asesino en Teherán y no pierde oportunidad de hacer hincapié en su preferencia por la diplomacia y su rechazo a la opción militar. Esto reduce las posibilidades de resolver el problema satisfactoriamente, y en última instancia, sólo aumenta las posibilidades de guerra. Esto podría llevar a Israel a tomar medidas unilaterales para defenderse de la amenaza nuclear de Irán. Peor aún, podría llevar a Teherán a hacer cálculos erróneos pensando que tiene poco que temer si continúa adelante con su desafío nuclear.
En lugar de presionar a Israel, la administración Obama debería centrarse en tratar de ejercer máxima presión sobre Irán.
La versión en inglés de este artículo está en Heritage.org.
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