Argentina: caída de 28 puestos en ránkings de competitividad
De acuerdo al Indice de Competitividad elaborado por el World Economic Forum (WEF)...
30 de Septiembre de 2015
De acuerdo al Indice de Competitividad elaborado por el World Economic Forum (WEF) dado a conocer recientemente, la Argentina se ubica en el puesto 106 sobre un total de 140 países evaluados, descendiendo dos posiciones respecto de la edición pasada. Complementariamente, se advierte una dramática caída desde 2003, al descender 28 escalafones.
El Indice de Competitividad del WEF analiza tres factores de estudio, a saber: 'requerimientos básicos' -dentro del cual se estudian cuestiones vinculadas a las instituciones, a la educación y a la estabilidad macroeconómica. Una segunda variable evalúa los 'potenciadores de la eficiencia', contemplando aspectos del mercado de bienes y el mercado laboral, en tanto un tercer componente analiza los 'factores de innovación'. De las tres áreas de estudio, la República Argentina se adjudica la peor posición en la primera de ellas con el puesto 104. En las otras dos, se sitúa en los escalafones 88 y 99, respectivamente.
El ránking de referencia es liderado por Suiza, escoltado por Singapur y Estados Unidos. En términos regionales, Chile es el país líder (puesto 35), seguido de Panamá (50), México (57), Colombia (61), Perú (69), Uruguay (73), Brasil (75) y Ecuador (76). La Argentina sólo supera a Bolivia (117), Paraguay (118) y Venezuela (132).
Al desagregar cada una de las áreas de estudios en las diversas variables que componen el índice, los peores puestos se hallan en efectos de los impuestos en el mercado de trabajo (puesto 140), efectos de los impuestos en los incentivos a la inversión (139), favoritismo en las decisiones del gobierno (139), presencia de barreras comerciales (139), procedimientos aduaneros (139), despilfarro en el gasto estatal (138), confianza pública en los políticos (137), ética y corrupción (137) y desvío de fondos públicos (136).
Se advierte que las peores posiciones de Argentina remiten al área institucional, al ubicarse entre las naciones peor calificadas del globo en no pocas variables de esta dimensión. Amén del deterioro institucional, el informe destaca que el entorno macroeconómico débil, la ineficiencia del sector financiero, la inflación y las regulaciones son los principales obstáculos para la inversión. Vale señalar que Argentina solo alcanza un buen desempeño relativo en las variables tamaño del mercado (27) y captación de TICs (52).
Por otra parte, cabe subrayar el fuerte deterioro de la competitividad en nuestro país, en los últimos años. Hacia el año 2003, la Argentina ocupaba el puesto 78 en este ranking, es decir que perdió 28 posiciones en apenas doce años. A este magro resultado en competitividad se adicionan los notables deterioros obtenidos en los últimos años en libertad económica, libertad de prensa, derechos de propiedad y percepción de corrupción -entre otros tantos.
En efecto, índices confeccionados por organizaciones diferentes y con metodologías también disímiles arriban a una misma conclusión: en el tiempo de referencia, la Argentina ha profundizado su debilidad institucional, se registran fuertes obstáculos gubernamentales para el desarrollo de negocios, y es menos competitiva. Esta realidad no es casual, y se refleja en el hecho de que el país hace cuatro años no crece, no se genera empleo en el sector privado, la tasa de inflación deriva en una de las más elevadas del planeta, se exhibe un marcado agotamiento de stocks, carencia de infraestructura, bajas reservas internacionales, un notorio estrangulamiento externo y pérdida de confianza, transparencia y credibilidad. Sin lugar a dudas, la pasada década será recordada como la década de la pérdida de competitividad para el país.
El ránking de referencia es liderado por Suiza, escoltado por Singapur y Estados Unidos. En términos regionales, Chile es el país líder (puesto 35), seguido de Panamá (50), México (57), Colombia (61), Perú (69), Uruguay (73), Brasil (75) y Ecuador (76). La Argentina sólo supera a Bolivia (117), Paraguay (118) y Venezuela (132).
Al desagregar cada una de las áreas de estudios en las diversas variables que componen el índice, los peores puestos se hallan en efectos de los impuestos en el mercado de trabajo (puesto 140), efectos de los impuestos en los incentivos a la inversión (139), favoritismo en las decisiones del gobierno (139), presencia de barreras comerciales (139), procedimientos aduaneros (139), despilfarro en el gasto estatal (138), confianza pública en los políticos (137), ética y corrupción (137) y desvío de fondos públicos (136).
Se advierte que las peores posiciones de Argentina remiten al área institucional, al ubicarse entre las naciones peor calificadas del globo en no pocas variables de esta dimensión. Amén del deterioro institucional, el informe destaca que el entorno macroeconómico débil, la ineficiencia del sector financiero, la inflación y las regulaciones son los principales obstáculos para la inversión. Vale señalar que Argentina solo alcanza un buen desempeño relativo en las variables tamaño del mercado (27) y captación de TICs (52).
Por otra parte, cabe subrayar el fuerte deterioro de la competitividad en nuestro país, en los últimos años. Hacia el año 2003, la Argentina ocupaba el puesto 78 en este ranking, es decir que perdió 28 posiciones en apenas doce años. A este magro resultado en competitividad se adicionan los notables deterioros obtenidos en los últimos años en libertad económica, libertad de prensa, derechos de propiedad y percepción de corrupción -entre otros tantos.
En efecto, índices confeccionados por organizaciones diferentes y con metodologías también disímiles arriban a una misma conclusión: en el tiempo de referencia, la Argentina ha profundizado su debilidad institucional, se registran fuertes obstáculos gubernamentales para el desarrollo de negocios, y es menos competitiva. Esta realidad no es casual, y se refleja en el hecho de que el país hace cuatro años no crece, no se genera empleo en el sector privado, la tasa de inflación deriva en una de las más elevadas del planeta, se exhibe un marcado agotamiento de stocks, carencia de infraestructura, bajas reservas internacionales, un notorio estrangulamiento externo y pérdida de confianza, transparencia y credibilidad. Sin lugar a dudas, la pasada década será recordada como la década de la pérdida de competitividad para el país.
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@AMandolesi
Sobre Adriano Mandolesi
Es Licenciado en Economía. Se desempeña en el think tank argentino Fundación Libertad, y el CISE (Centro de Investigaciones Sociales y Económicas de la citada Fundación). También oficia de analista en Roagro S.R.L.