Argentina: ¿interesa saber con qué reservas cuenta el Banco Central?
A pocas horas de que anunciarse el final del cepo cambiario en la Argentina...
A pocas horas de que anunciarse el final del cepo cambiario en la Argentina, (N. del E.: el artículo se redactó previo al anuncio oficial del día miércoles 16), muchos siguen debatiendo sobre la cantidad de reservas con que cuenta el Banco Central y cuál será el impacto que esta medida tendrá sobre el valor dólar. La realidad es que, si bien resulta relevante conocer cuántos dólares existen en las arcas de la entidad financiera madre hoy, las medidas que se tomen posteriormente en materia fiscal son las que más deberían preocupar.
La historia fiscal argentina de los últimos diez años se ha caracterizado por el inédito crecimiento el gasto público y la pésima administración de los fondos públicos. Con la aceleración de las erogaciones estatales a partir de 2009, el gasto público llegó a representar más del 45% del PIB en los últimos meses. De tal suerte que la Argentina se ha convertido en el país que más expandió su gasto público en la región sudamericana y hoy se ubica como el segundo con mayor erogación pública, solo superado por Venezuela. Además, este año las finanzas públicas cerrarán con un déficit que alcanzará aproximadamente 7% del PIB.
La contracara de esta expansión fiscal se corresponde con un incremento exorbitante de la emisión monetaria desde que los Kirchner están en el poder. El mes de agosto del corriente año pasará a la historia por ser el momento en que la impresión de billetes de cien pesos, el de mayor denominación en Argentina, fue récord. Gracias a la emisión monetaria descontrolada de los últimos años, el poder de compra que este billete tenía cuando se creó en 1992 equivaldría a casi 1.800 pesos del presente. Con un aumento promedio de la base monetaria al ritmo de 30% anual desde el establecimiento del cepo cambiario en octubre de 2010, los nuevos billetes añadidos a la plaza y destinados a financiar el despilfarro kirchnerista pusieron al país en medio de un proceso inflacionario no visto desde hacía años.
Con una inflación promedio de más de 25% anual en los últimos cuatro años, se estima que el 2015 cerrará con una inflación de aproximadamente 30% en comparación al año pasado. El diluvio monetario de los últimos tiempos se ha traducido inevitablemente en la pérdida del poder adquisitivo de la moneda, generando además un clima de incertidumbre y mala asignación de recursos que llevaron no solo a tasas negativas de crecimiento económico, sino también a la destrucción de capital que tardará tiempo en recuperarse.
En conformidad con lo previamente expresado, el nivel de reservas del Banco Central no debería ser el foco de discusión en este momento. Es importante conocer cuántos dólares hay en el Banco Central y qué valor tendrá la divisa estadounidense una vez que se salga del cepo, pero aquello que corresponde vigilar de cerca son las causas que encaminaron a la Argentina hacia estos controles cambiarios absurdos, es decir, que cabe ejercer una vigilancia sobre la política fiscal. Finalmente, aquello que debiera preguntarse al gobierno actual es cuál será su postura frente a la política fiscal del año próximo.
Como lo ha sugerido incasables veces el economista argentino Roberto Cachanosky, lo fundamental esreestablecer la confianza en el mercado cambiario, vía transparencia y flexibilización. Si el gobierno recientemente electo promete llevar a cabo una política de disciplina fiscal que vaya de la mano con medidas de disciplina monetaria, entonces no se debería esperar otro escenario más que el de uno de recuperación económica y de regreso al sendero de estabilidad en los precios, en el mediano y largo plazo.
Es Asistente de Investigaciones del Centro para la Libertad y la Prosperidad Global, en el think tank estadounidense The Cato Institute. Publica sus artículos en ElCato.org.