NARCOTRAFICO & ADICCIONES: JUAN A. YARIA

Argentina: la Virgen restaurada de Itatí, Corrientes

La normalidad podría estar retornando a la ciudad correntina de Itatí...

18 de Marzo de 2017
La normalidad podría estar retornando a la ciudad correntina de Itatí, ese sitio que otrora ganara status de 'sagrado', en conformidad con la creencia católica -a raíz de que, a través del Río Paraná, la Virgen intercedió en favor de la fuga de los colonizadores. Era, la Virgen, el signo de la liberación; las peregrinaciones eran la búsqueda en pos de la liberación de todos los males. Dramáticamente, hoy día, por el curso fluvial, eran veloces lanchas las que transportaban marihuana, como emblema de la novedosa, creciente esclavitud. Tras haber sido declarada como sagrada, la localidad transformóse en reducto del delito y del más explícito deterioro. Hoy, parece lucir diferente; el Estado fallido reemplazó las leyes. La Virgen desnuda de Itatí (ver nota anterior) transmigra hoy en el proyecto de la Virgen 'restaurada' de Itatí.

Desde hace ya años, la Argentina experimenta una verdaderamente alarmante invasión de las drogas -lo de Itatí es un fiel reflejo de este problema. Se asiste a la complicidad de funcionarios públicos en el desembarco semanal de no menos de seis toneladas de marihuana desde Paraguay; se utilizaba el Paraná para, desde la zona liberada de Pedro Caballero, importar la droga y movilizarla en lanchas. Buenos Aires sería luego el escenario ideal para volcarse esa oferta masiva en nuestros barrios. Desde su perversidad, Pablo Escobar se jactó de jamás haber probado cocaína, pero sí de enriquecerse con ella. Pero la marihuana fue una de sus 'tumbas': durante muchos años, Escobar fue dependiente del cannabis -lo cual contribuyó a su creciente deterioro y a la toma de malas decisiones.

Itatí, CorrientesEn lo que hace a las drogas, suele comprobarse que, a mayor oferta, mayor consumo. Todo ello, enmascarado en un marketing del consumo con 'porta-palabras' privilegiados (artistas, ídolos, programas de la tarde dirigidos a familias); es decir, el combo perfecto para una epidemia. Mientras tanto, en Frías (Santiago del Estero), un intendente entrega a los alumnos mochilas con dos signos claros: pupilas dilatadas y, en torno de ellas flores, de marihuana. Anomia 'boba' para estupidizar (estupefaciente viene de estúpido) a la población.

En Olavarría, en la previa a la 'misa ricotera', la venta de drogas era un rito acompañado por chorizos y venta de alcohol. El análisis toxicológico de los cuerpos de los difuntos explicita que habían consumido droga. ¿Tienen noción los argentinos de lo que 'meten' en sus organismos? La violencia previa y posterior al festival comparte indicios de que las drogas fueron protagonistas en toda esa furia: descontrol de impulsos y 'ceguera' del pensamiento.


'Poderoso caballero, Don Dinero'

En Itatí, seis toneladas por semana bajaban con la complicidad de fuerzas de seguridad federales y provinciales -y con serias sospechas que ilustraban la participación activa del Poder Judicial. Estado Fallido, o símil de los municipios de Medellín manejados por Escobar. No es seguramente ese intendente en chancletas, pantaloncito y esposado, el jefe de la organización. El Poder en su versión maléfica -es decir, de destrucción de la salud pública- está en otro lado. El alcalde y su sequito parecen ser meros peones. Otros municipios costeros también deben estar articulados. Mientras tanto, rutas y fronteras ofician de autopistas para llegar más rápido al Estado Fallido, esto es, un Estado gobernado por lo contrario a la Ley de la vida y gobernando el poderoso señor 'Don Dinero'. A la postre, otras fuerzas parecen reaccionar (fuerzas nacionales, poder judicial no complicado, fuerzas de seguridad saneadas), y se interrumpe la cadena de entrada de drogas.

Por fortuna, existe una suerte de 'restauración' de Itatí. En este caso, casi le cuesta la vida a un sacerdote local, que debió ser trasladado a Paraguay, para dedicarse a una ocupación menos implicada con la comunidad. Cuando el cura dijo que las elecciones fueron ganadas por 'los narcos', quisieron atropellarlo con un coche. En Moreno (Provincia de Buenos Aires), un sacerdote debió ser trasladado, porque se refirió en sus homilías al sacrificio diario de muchos jóvenes que mueren o quedan psicóticos por el consumo de sustancias. Precisamente, en el distrito donde el Obispo es el encargado de la Pastoral de Adicciones de la Argentina. Mensajes como el de Itatí.

La cocaína está viviendo su festín en América del Sur. Colombia aumentó en los últimos dos años su producción, de 69 mil a 96 mil hectáreas (retorna Colombia al formato de Estado fallido) -los datos compartidos en su momento por el ex Procurador Alejandro Ordoñez no admiten dudas. Ya Colombia cuenta con un millón y medio de consumidores, y el narcomenudeo representa ya el 0.75 % del PBI del país. Jóvenes y empresas familiares se dedican a repartir, movilizando un volumen anual de 6 billones de pesos colombianos. La República Oriental del Uruguay, por su parte, ha desregulado la venta y el consumo de marihuana: hoy, ocupa el primer lugar de consumo de marihuana y, de súbito, el aumento en el consumo de cocaína ha ganado tal empuje, que el país se ha hecho acreedor al primer puesto en cantidad de consumidores de América del Sur -conforme a datos de Naciones Unidas.

Hace poco, consulté a un paciente de nuestro querido conurbano, y con un régimen laboral diario de ocho horas, cuánto gastaba por mes en cocaína. Me sorprendió su réplica: AR$ 30 mil al mes, es decir, mil pesos argentinos diarios. Cada bolsita de drogas le salía entre AR$300 y AR$400, y resolvía el problema del consumo diario trabajando como 'culata' (seguridad) de poderosos, fuera de su horario laboral. Finalmente, la dignidad lo llevó a pensar en el futuro de sus hijos: sus compañeros-delegados de sindicato lo acercaron a nuestra comunidad terapéutica, en compañía de su padre y esposa. Se asiste a incontables casos de existencias hipotecadas

La cocaína ha generado sus propios campos de concentración.
 El poder, en su versión destructiva, inunda el territorio; miles de vulnerables y vulnerados ingresan en esos campos de exterminio, con la complicidad de un cerebro también hipotecado en sus funciones superiores.


Nuevos campos de concentración

Cuando en nuestras ciudades avanza el consumo, el ser humano comienza a perder su libertad: esa libertad depende de un cerebro pleno y no en estado de discapacidad funcional. Surgen las compulsiones. Surgen los automatismos. No existe conciencia plena. Así, los hombres se refugian en reductos, túneles, sectas -llenas de individuos como él. Se estrecha la propia perspectiva; hoy, los campos de concentración no tienen alambrados. Se trata de alambrados imaginarios, en donde se registra un peculiar acercamiento entre grupos de 'nadies'. Esquinas, villas, boliches, 'paradas' los agrupan en su anonimato.

Lo cual me lleva a compartir una singular reflexión de Shlomo Venezia, ciudadano italiano de 87 años que recuerda su pasado en Auschwitz (fue tatuado con el número 187727), en el libro Sonderkommando- El Infierno de las Cámaras de Gas (RBA Editorial): '(...) El cerebro cambia cuando te conviertes en autómata'. Shlomo era miembro de las brigadas cuya misión era extraer los cadáveres en las cámaras. Todo era un funcionamiento automático, como una cadena de montaje. Agrega Shlomo: 'Jamás se sale del campo, todo vuelve a tu espíritu'. Finalmente, logró huir, dirigiéndose a Italia. Cincuenta años más tarde, recién, se sintió capaz de hablar de aquello que vivió.

En lo personal, siempre me ha impresionado ver -en mis pacientes consumidores- la compulsión a drogarse como la irrupción de ideas obsesivas imperativas. Lo cierto es que, de ahí a la búsqueda de las sustancias, solo hay un paso. Es un cerebro que funciona en automático.

Existen nuevos campos de concentración; aunque la descripción es metafórica, comporta validez porque de esos campos realmente cuesta muchísimo salir. Como en los episodios trágicos, existe el silencio: nos cuesta hablar y tomar conciencia de ello. Precisamente, lo que nos salva es el acto de hablar; poner este tema en la agenda de temas claves de hoy. Por estas épocas, el lugar del Amo (antes, el Führer) ha sido ocupado por el 'dealer' y el narco-comercio de individuos, quedando reducidos éstos al status de mercancía.


Resguardar al 'Homo Sapiens' que somos

El cerebro suele nutrirse de alimentos, palabras, cultura, oxígeno, de una buena dieta, de educación familiar y social; en definitiva, se nutre de sistemas en donde impera la Ley. El cerebro es un órgano que responde a la salud social del ser humano. Las estructuras cerebrales en extremo complejas tardaron millones de años en consolidar esa sofisticación; el uso de tóxicos aniquila ese trabajo de millones de años, en pocos meses. El lóbulo frontal (última adquisición filogenética) queda liquidado y, con ello, nuestras capacidades cognitivas, el pensamiento, la voluntad y nuestra capacidad para planificar prospectivas. Nos quedamos solo en el aquí y ahora. Perdemos perspectiva, nociones, y toda referencia.

Pero Madras nos recuerda: '(...) la adicción no es la única consecuencia de la dependencia a las drogas; existen daños prenatales, los hijos de padres adictos son más problemáticos en todos los sentidos, en la adolescencia hay más posibilidades de violencia, embarazo precoz'. Además, las drogas modifican el genoma (precipitan cambios genéticos negativos y adelantan enfermedades y el envejecimiento del organismo). En la adolescencia, el uso de drogas es mucho más dañino debido a la inmadurez del desarrollo neurobiológico.

Necesitamos desalentar el uso de drogas en niños y adolescentes desde la educación, formando padres y maestros. A menor edad de inicio en el consumo, mayor es el riesgo de adicción. Cuando los padres desaprueban el uso de drogas, es menor el riesgo de que los hijos consuman -e incluso pueden registrarse señales de alerta, que se activan ante cualquier problemática, pudiendo detectarse el problema.

Con la marihuana, termina la educación escolar secundaria solo del 14 al 18% de la población consumidora, mientras que el 80% de la población no-consumidora lo completa. Los adolescentes que fuman marihuana registran, en un 40% de los casos, problemas de concentración. Además, es inductora de psicosis de tipo esquizofreniforme y de psicosis crónicas con flashback recurrentes -esto es, reacciones de abstinencia o de síntomas de consumo, años después de haber dejado.

Lo que seguramente irá por delante es la conciencia preventiva de una comunidad y sus familias. La formación preventiva es la verdadera inmunología frente a estos males sociales.

 
Sobre Juan Alberto Yaría

Juan Alberto Yaría es Doctor en Psicología, y Director General en GRADIVA, comunidad terapéutica profesional en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. Los artículos del autor en El Ojo Digital, compilados en éste link.